Cuadragésima tercera parte (43º envío)
LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL DIA A DIA por Carlos Enrique Fonseca Sánchez
2 DE AGOSTO
Por la mañana, los líderes conservadores británicos exigen al gobierno liberal el apoyo a Francia y Rusia. Pasado el mediodía, Rusia declara la guerra a Alemania y se producen los primeros choques armados. A las 19 horas Alemania exige a Bélgica que se declare neutral y que permita el paso de tropas alemanas. Recién entonces, el gabinete británico decide honrar sus compromisos con Bélgica y Francia.
El día 2 de agosto, a las seis de la mañana, fuerzas del octavo cuerpo de ejército alemán se internaron en el Gran Ducado de Luxemburgo, bajo pretexto de proteger los ferrocarriles alemanes allí existentes. Estas fuerzas avanzaron por el sur hasta la capital. Para esto los alemanes hicieron pasar dos trenes blindados con hombres y material. Con ello comenzó la ocupación de cuatro años de Luxemburgo por fuerzas alemanas.
La primera acción de las fuerzas invasoras fue la inutilización de las líneas telefónicas y telegráficas. Los invasores sumaban 100 mil soldados.
Desde Luxemburgo, una columna de infantería alemana, acompañada por el 29º regimiento de artillería, avanzó hacia la frontera francesa, formando 2 alas. La primera se dirigió por la carretera de Longwy a Arton, atravesando la llanura de Lachiers para aproximarse a la ciudad de Huy, sin tocar la frontera belga.
La segunda ala emprendió el camino por Thalverg y Lachiers, a lo largo de la vía férrea de Longwy a Luxemburgo, que une las vías férreas del Gran Ducado con las del este de Francia. Esta columna tuvo que retroceder en las cercanías de Goraicourt, al ser atacada por la artillería de la plaza de Longwy.
Lo primero de lo que se aseguraron las tropas alemanas al entrar en el Gran Ducado fue establecer una gran estación para el desembarco de material de artillería y caballos.
La soberana del pequeño estado era la joven Gran Duquesa María Adelaida de Nassau-Weilburg, de solo 20 años, que al entrar las tropas en su país, quedó prisionera. Se dijo tras la invasión que la Gran Duquesa había sido internada en una fortaleza de Alemania, pero no en calidad de prisionera como en un principio se dijo, sino en la de huésped subvencionado por el Imperio Alemán. Este rumor quedó pronto desmentido. La soberana conservó su libertad y el gobierno del Kaiser le concedió a ella y a su país una indemnización por los “daños colaterales” producidos durante la invasión por las tropas alemanas.
Despues que Alemania invade Luxemburgo, solicita a Bélgica derecho de paso para sus ejércitos, en un ultimátum entregado a las 19:00pm dando 12 horas para contestarlo.
El día 2 de agosto el Gobierno Alemán dirigió al de Bélgica una nota, en la que el Gabinete del Kaiser afirmaba que tenía la seguridad absoluta de que, a pesar de las garantías dadas por Francia a Alemania, aquélla se proponía amenazar la frontera alemana siguiendo la ribera del Mosa y penetrando en Bélgica.
“Como de cumplirse ente propósito, -añadía la nota- la nación belga se verá en la imposibilidad de impedir los planes de Francia y de mantener su neutralidad, el Gobierno Alemán cree necesario prevenir la agresión y, a este efecto, el Gabinete de Berlín propone al de Bruselas que éste observase una actitud amistosa respecto de Alemania, a cambio de comprometerse ésta, a su vez, una vez llegado el momento de la paz, garantizar la integridad del territorio belga y asegurar el reinado de la actual dinastía”.
El consejo de Ministros belga se reunió inmediatamente bajo la presidencia del rey Alberto y, se acordó contestar a la nota del Gobierno alemán diciendo que los temores de Alemania respecto a la invasión de los franceses eran completamente infundados, porque estaba en flagrante contradicción con las declaraciones del Gobierno francés hechas el día anterior; pero que, aún en el caso de que estuvieran fundados, Bélgica se consideraba con fuerzas suficientes para conseguir que su neutralidad quedase respetada y para oponer al invasor una resistencia tenaz y vigorosa. Al negarse las autoridades belgas a permitir el paso por su territorio de las tropas alemanas, recurren a los países firmantes del Tratado de 1839 —en el que se garantizaba la neutralidad de Bélgica en el caso de un conflicto en el que estuvieran implicados Gran Bretaña, Francia y Alemania— para que se cumpliera lo establecido en dicho acuerdo. Gran Bretaña, era uno de los países signatarios.
La prensa alemana informa falsamente que los franceses habían bombardeado Nuremberg.
En Prusia Oriental, Unidades rusas incursionan en Prusia Oriental, cerca de Schwidden, mientras que fuerzas Landwehr (regionales) del ejército alemán de Thorn entran al noroeste de Polonia en misiones de exploración. Otras unidades Landwehr alemanas de Posen, Glogau y Breslau entran a Polonia e inician movimientos para ocupar Kalisch y Częstochowa.
En Prusia Oriental estaba estacionado el VIII ejército alemán al mando del General von Prittwitz, con su Cuartel General en Posen, y con el General von Waldersee como jefe del estado mayor.
En el mar Báltico, los cruceros alemanes Magdeburg y Augsburg bombardearon el puerto de Libau y ponen 100 minas fuera del puerto. En este mar, la flota rusa tenía cuatro viejos acorazados, 10 cruceros, 36 destructores, cinco submarinos y seis minadores, con su base naval de Kronstadt.
Gran Bretaña moviliza su ejército y Francia decreta la ley Marcial.
Termina la Conferencia de Postdam entre el alto mando militar alemán y el káiser Guillermo.
En Rusia, el zar convocó una sesión especial de la Duma (Asamblea) del estado para explicar la situación y al salir publicada la firma de la declaración de guerra a Alemania, las multitudes en San Petersburgo vitorearon al zar Nicolas II. Aparte de los problemas locales por las huelgas obreras, la movilización dirigida por el ministro de guerra Sukhomlinov se procedió a buen ritmo llamándose a 3.115.000 reservistas y 800.000 milicianos que se unieron al ejército de 1.423.000 hombres que empezaría a operar para lanzar las ofensivas rusas en la Galitzia austríaca y como prometieron a Francia, en la Prusia Oriental.
Alemania y Turquía firman tratado secreto que asegura la neutralidad turca
Gran Bretaña se compromete ante Francia - en base a un acuerdo naval que habían establecido antes, por el cual Francia protegería la costa del Mediterráneo y Gran Bretaña las costas del Mar del Norte y el Atlántico - a defender la costa atlántica de Francia si fuera atacada por la armada alemana.
El gobierno francés da medidas de guerra como la supresión de los medios de comunicación, la incautación de tranvías y autobuses, lo que no impidió grandes concentraciones de personas en las estaciones del tren despidiendo alegremente a las tropas y manifestaciones patrióticas en las calles de París, en la noche fueron saqueados varios negocios de propiedad de alemanes y austriacos hasta que la policía intervino y restableció el orden.
El anciano Papa Pio V exhorta al mundo católico a que oren por la paz, manifestando su dolor y temor al ver a Europa “arrastrada por la tempestad de la guerra”.
LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL DIA A DIA por Carlos Enrique Fonseca Sánchez
2 DE AGOSTO
Por la mañana, los líderes conservadores británicos exigen al gobierno liberal el apoyo a Francia y Rusia. Pasado el mediodía, Rusia declara la guerra a Alemania y se producen los primeros choques armados. A las 19 horas Alemania exige a Bélgica que se declare neutral y que permita el paso de tropas alemanas. Recién entonces, el gabinete británico decide honrar sus compromisos con Bélgica y Francia.
El día 2 de agosto, a las seis de la mañana, fuerzas del octavo cuerpo de ejército alemán se internaron en el Gran Ducado de Luxemburgo, bajo pretexto de proteger los ferrocarriles alemanes allí existentes. Estas fuerzas avanzaron por el sur hasta la capital. Para esto los alemanes hicieron pasar dos trenes blindados con hombres y material. Con ello comenzó la ocupación de cuatro años de Luxemburgo por fuerzas alemanas.
La primera acción de las fuerzas invasoras fue la inutilización de las líneas telefónicas y telegráficas. Los invasores sumaban 100 mil soldados.
Desde Luxemburgo, una columna de infantería alemana, acompañada por el 29º regimiento de artillería, avanzó hacia la frontera francesa, formando 2 alas. La primera se dirigió por la carretera de Longwy a Arton, atravesando la llanura de Lachiers para aproximarse a la ciudad de Huy, sin tocar la frontera belga.
La segunda ala emprendió el camino por Thalverg y Lachiers, a lo largo de la vía férrea de Longwy a Luxemburgo, que une las vías férreas del Gran Ducado con las del este de Francia. Esta columna tuvo que retroceder en las cercanías de Goraicourt, al ser atacada por la artillería de la plaza de Longwy.
Lo primero de lo que se aseguraron las tropas alemanas al entrar en el Gran Ducado fue establecer una gran estación para el desembarco de material de artillería y caballos.
La soberana del pequeño estado era la joven Gran Duquesa María Adelaida de Nassau-Weilburg, de solo 20 años, que al entrar las tropas en su país, quedó prisionera. Se dijo tras la invasión que la Gran Duquesa había sido internada en una fortaleza de Alemania, pero no en calidad de prisionera como en un principio se dijo, sino en la de huésped subvencionado por el Imperio Alemán. Este rumor quedó pronto desmentido. La soberana conservó su libertad y el gobierno del Kaiser le concedió a ella y a su país una indemnización por los “daños colaterales” producidos durante la invasión por las tropas alemanas.
Despues que Alemania invade Luxemburgo, solicita a Bélgica derecho de paso para sus ejércitos, en un ultimátum entregado a las 19:00pm dando 12 horas para contestarlo.
El día 2 de agosto el Gobierno Alemán dirigió al de Bélgica una nota, en la que el Gabinete del Kaiser afirmaba que tenía la seguridad absoluta de que, a pesar de las garantías dadas por Francia a Alemania, aquélla se proponía amenazar la frontera alemana siguiendo la ribera del Mosa y penetrando en Bélgica.
“Como de cumplirse ente propósito, -añadía la nota- la nación belga se verá en la imposibilidad de impedir los planes de Francia y de mantener su neutralidad, el Gobierno Alemán cree necesario prevenir la agresión y, a este efecto, el Gabinete de Berlín propone al de Bruselas que éste observase una actitud amistosa respecto de Alemania, a cambio de comprometerse ésta, a su vez, una vez llegado el momento de la paz, garantizar la integridad del territorio belga y asegurar el reinado de la actual dinastía”.
El consejo de Ministros belga se reunió inmediatamente bajo la presidencia del rey Alberto y, se acordó contestar a la nota del Gobierno alemán diciendo que los temores de Alemania respecto a la invasión de los franceses eran completamente infundados, porque estaba en flagrante contradicción con las declaraciones del Gobierno francés hechas el día anterior; pero que, aún en el caso de que estuvieran fundados, Bélgica se consideraba con fuerzas suficientes para conseguir que su neutralidad quedase respetada y para oponer al invasor una resistencia tenaz y vigorosa. Al negarse las autoridades belgas a permitir el paso por su territorio de las tropas alemanas, recurren a los países firmantes del Tratado de 1839 —en el que se garantizaba la neutralidad de Bélgica en el caso de un conflicto en el que estuvieran implicados Gran Bretaña, Francia y Alemania— para que se cumpliera lo establecido en dicho acuerdo. Gran Bretaña, era uno de los países signatarios.
La prensa alemana informa falsamente que los franceses habían bombardeado Nuremberg.
En Prusia Oriental, Unidades rusas incursionan en Prusia Oriental, cerca de Schwidden, mientras que fuerzas Landwehr (regionales) del ejército alemán de Thorn entran al noroeste de Polonia en misiones de exploración. Otras unidades Landwehr alemanas de Posen, Glogau y Breslau entran a Polonia e inician movimientos para ocupar Kalisch y Częstochowa.
En Prusia Oriental estaba estacionado el VIII ejército alemán al mando del General von Prittwitz, con su Cuartel General en Posen, y con el General von Waldersee como jefe del estado mayor.
En el mar Báltico, los cruceros alemanes Magdeburg y Augsburg bombardearon el puerto de Libau y ponen 100 minas fuera del puerto. En este mar, la flota rusa tenía cuatro viejos acorazados, 10 cruceros, 36 destructores, cinco submarinos y seis minadores, con su base naval de Kronstadt.
Gran Bretaña moviliza su ejército y Francia decreta la ley Marcial.
Termina la Conferencia de Postdam entre el alto mando militar alemán y el káiser Guillermo.
En Rusia, el zar convocó una sesión especial de la Duma (Asamblea) del estado para explicar la situación y al salir publicada la firma de la declaración de guerra a Alemania, las multitudes en San Petersburgo vitorearon al zar Nicolas II. Aparte de los problemas locales por las huelgas obreras, la movilización dirigida por el ministro de guerra Sukhomlinov se procedió a buen ritmo llamándose a 3.115.000 reservistas y 800.000 milicianos que se unieron al ejército de 1.423.000 hombres que empezaría a operar para lanzar las ofensivas rusas en la Galitzia austríaca y como prometieron a Francia, en la Prusia Oriental.
Alemania y Turquía firman tratado secreto que asegura la neutralidad turca
Gran Bretaña se compromete ante Francia - en base a un acuerdo naval que habían establecido antes, por el cual Francia protegería la costa del Mediterráneo y Gran Bretaña las costas del Mar del Norte y el Atlántico - a defender la costa atlántica de Francia si fuera atacada por la armada alemana.
El gobierno francés da medidas de guerra como la supresión de los medios de comunicación, la incautación de tranvías y autobuses, lo que no impidió grandes concentraciones de personas en las estaciones del tren despidiendo alegremente a las tropas y manifestaciones patrióticas en las calles de París, en la noche fueron saqueados varios negocios de propiedad de alemanes y austriacos hasta que la policía intervino y restableció el orden.
El anciano Papa Pio V exhorta al mundo católico a que oren por la paz, manifestando su dolor y temor al ver a Europa “arrastrada por la tempestad de la guerra”.
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