jueves, 31 de julio de 2014

Cuadragésima primera  parte  (41º envío)
LA  PRIMERA  GUERRA  MUNDIAL  DIA  A  DIA  por Carlos Enrique Fonseca Sánchez

31 DE JULIO       
Austria-Hungría ordenó la total movilización de sus tropas.
Rusia proclamó la movilización de todas sus fuerzas y envió un ultimátum a Austria-Hungría.
La cancillería alemana recibía poco antes del mediodía del 31 de julio un telegrama de Rusia en el que se anunciaba la movilización general de sus ejércitos. A la una de la tarde, el emperador alemán Wilhelm II proclama el "peligro de guerra inminente” (Kriegsgefahrsustand), es decir el estado de sitio y amenaza con la guerra.
A las dos de la tarde el káiser Guillermo envió un telegrama al zar Nicolás pidiéndole suspender su movilización para mantener la paz, manifestando la antigua amistad entre ambos soberanos y pueblos.
Luego Alemania por medio del embajador alemán en San Petersburgo, General von Chelius, entrega un ultimátum a Rusia exigiéndole la suspensión de la movilización general dándole 12 horas como plazo máximo para tomar medidas, de lo contrario ellos movilizarían su ejército también.
El jefe alemán del estado mayor, el general Helmuth von Moltke, informó que Rusia ha cerrado su frontera con Prusia Oriental. Agentes alemanes confirmaron ver carteles rusos anunciando la movilización general.
Con otro ultimátum, el embajador alemán en París preguntó a Francia -aliado de Rusia desde 1894- sobre su actitud en caso de conflicto y exige a Francia que se declare neutral si llega a estallar una confrontación entre Alemania y Rusia, dando 18 horas de plazo para contestar. Para garantizar esta neutralidad, Francia deberá entregar a Alemania las fortalezas de Verdún y Toul. El ministro francés M. Viviani, sin embargo, sólo respondió que Francia actuaría según sus intereses y rechazó de inmediato la exigencia alemana, procediendo a la movilización francesa.
Como San Petersburgo decreto la movilización general, justo antes de que los alemanes lo hicieran. Aquella decisión permitió presentar al gobierno alemán que su movilización era una maniobra defensiva, un factor importante ante la posible oposición del Reichstag. A la vista de los acontecimientos, en lo que conoce como “el espíritu del 14” los socialdemócratas no pusieron problemas y votaron a favor de la guerra, así mismo todas las huelgas se disolvieron de inmediato
En Francia el ambiente belicista era impresionante, la prensa y el gobierno lo impulsaban, solo el diputado y líder socialista francés Jean Jaures se mostraba diferente con su postura pacifista en pro de la Paz, y por ello se hace impopular entre los sectores nacionalistas. Así, Raoul Villain, un exaltado fanático nacionalista de 29 años, lo asesina en el Café du Croissant de la calle Montmartre de París. “Su asesinato no fue producto de la casualidad, sino el último eslabón de una campaña de odio, mentiras y calumnias que mantenían contra él sus enemigos. Este asesinato, por otro lado, consiguió sus objetivos, puesto que facilitó la incorporación de la izquierda a la «Unión Sagrada», especie de gran coalición nacional de guerra” (“Jaurès, la voz de la lucha de clases”, G. Fourmont)
Tropas francesas movilizadas
En Serbia, Dos divisiones austrohúngaras al mando del general Tornw entran a Serbia por Novi-Bazar, y avanzan hacia el interior de la Nueva Serbia, mientras tanto que el ejército serbio se situaba en inmejorables posiciones, dominando los desfiladeros de Kovatch.
Las avanzadas austriacas chocaron con ellos en Kloioco, donde combatieron duramente, viéndose obligados los serbios a retirarse ante el empuje de los austriacos, los cuales prosiguieron triunfantes su marcha.
Las fuerzas invasoras continuaron su avance hasta llegar a la zona montañosa de Kovatch, ocupadas por fuerzas   serbias al mando del general Yankovittz. Al entrar en contacto ambos ejércitos, se libró una encarnizada batalla, siendo el número de bajas de ambos muy altas.
Londres planteó tanto a Francia como a Alemania, la interrogante de sus intenciones respecto al asunto si van a respetar la neutralidad belga, que tanto Gran Bretaña como Rusia, Prusia y Austria se habían comprometido a garantizar por los Tratados de 1839 y 1870. Francia asintió de inmediato diciendo: "por supuesto"; pero el embajador alemán en Londres se niega a responder y consultó si una promesa alemana de respetar la neutralidad belga significaría el compromiso inglés de neutralidad; lo que fue terminante rehusado.
Las negociaciones de Sir Edward Grey van hasta el límite más lejano posible tratando de persuadir a Alemania para que le ayude a mediar los asuntos entre Austria y Serbia, primero llamo por teléfono al embajador alemán en Londres Lichnowsky pidiéndole que asegure que Alemania no atacaría a Francia, en caso de una guerra ruso alemana.
Estalla una crisis financiera en Londres, la bolsa de valores (la “City”) es cerrada.
El gobierno británico no se muestra todavía preparado para dar el compromiso definitivo de asistencia con Francia
El canciller alemán Bethmann-Hollweg telegrafía al Conde Berchtold en Viena, instando a que Austria-Hungría no se movilice en contra de Rusia. Contradictoriamente, al mismo tiempo el General von Moltke envió un telegrama al General von Hoetzendorf para movilizar inmediatamente.
El jefe de la misión militar rusa en París, Conde Ignatiev, telegrafió a San Petersburgo que el Ministro de guerra francés "seriamente sugiere que Rusia invada Alemania y avance a Berlín".
En el mar Báltico, minadores rusos comenzaron una larga operación de tendido de unas 3.200 minas marinas para impedir un esperado ataque alemán naval en el Golfo de Finlandia.
El Canciller alemán Theobald von Bethmann-Hollweg, envió un telegrama al Embajador Wangenheim en Constantinopla en que Berlín le ordena que firme la Alianza con Turquía, tan pronto como sea posible, aceptando las condiciones turcas. Bethmann-Hollweg luego fue informado por el Ministro de relaciones exteriores Austro-Húngaro que se aceptaron todas las condiciones del tratado con Turquía.
En Atenas, el embajador alemán en Grecia, Conde Bassewitz, entrega una nota al rey Constantino de Grecia, sugiriéndole que Grecia se una al bando de la Triple Alianza. Dos días más tarde Constantino a pesar de que tenía simpatías por Alemania, informó al Kaiser que Grecia permanecería neutral, lo que enfureció al Kaiser Guillermo.
Mientras tanto en el lugar más olvidado de Europa, Albania, la guerra civil destrozaba el país; Grecia como Serbia estaban involucradas en ella, apoyando a diferentes bandos y participando en masacres étnicas en muchas poblaciones albanesas. Pero para entonces a ningún gobierno europeo esto le interesaba.
En Berlín, el Embajador de Estados Unidos James W. Gerard, ante la insistencia del embajador francés Jules Cambon y del Ministro belga Barón Beyens, escribió a Bethmann-Hollweg, apelando a la paz en Europa, pero no recibió respuesta.
El rey de Bélgica, Alberto como una medida preventiva ordena la movilización general de su ejército, igual medida toma el rey de Holanda para su ejército.
Al mediodía se conoce en Alemania la movilización de Rusia, lo que predispone al pueblo alemán contra su vecino oriental. Berlín ordena preparativos militares de inmediato e intimida a Francia a permanecer neutral en caso de guerra con Rusia, lo que es rechazado.
La Bolsa de Londres debe clausurar sus operaciones a las 10 horas, debido al pánico financiero que comenzó en Nueva York; en Alemania comienza una corrida bancaria y los precios de los alimentos se disparan.
En el África oriental alemana, la inteligencia naval alemana ordena al crucero alemán "Koenigsberg" del capitán Max Loof zarpar del puerto de Dar es Salam y frente al eventual conflicto dirigirse al golfo de Aden para interrumpir el comercio por el mar Rojo. Looff recibió informes de la inteligencia alemana de que tres cruceros Británicos “Hyacinth, Pegasus, y Astria” habían arribado a Zanzíbar para cargar carbón en los barcos y perseguirlo, por lo que era posible que el “Konigsberg” pudiera caer en una trampa cerca a la costa, por esto Loof muy rápidamente hizo a la mar.


 
Imperio colonial alemán 1914

miércoles, 30 de julio de 2014

Cuadragésima  parte  (40º envío)
LA  PRIMERA  GUERRA  MUNDIAL  DIA  A  DIA  por Carlos Enrique Fonseca Sánchez
30 DE JULIO       
Fue el día de las movilizaciones militares y se dieron así:
A la 1 de la madrugada el káiser Guillermo telegrafía al zar Nicolás haciéndole un llamado por los peligros y  consecuencias que llevaría la movilización rusa. El zar de Rusia contesta proponiendo a Alemania a las 2 am detener la movilización si Austria eliminaría las cláusulas en el Ultimátum que perjudicaban la soberanía de Serbia. La “última oportunidad” de paz.
El diario Lokal Anzeiger de Berlín anuncia la movilización alemana. Desmentida oficialmente por el secretario von Jagow, después de un  tiempo permitido para que el Embajador de Rusia se conecte con San Petersburgo y la aclare. Alemania envía cables sobre esto a Viena, pero no recibe contestación a la propuesta de "última oportunidad" de Rusia. Rusia se entera de la movilización general austríaca. El Kaiser Guillermo tiene esperanzas de influir en Austria, para que acepte la propuesta británica, pero su gobierno está muy nervioso y se niega a modificar la nota.
El Príncipe Enrique de Prusia envía un cable al rey George V de Gran Bretaña  pidiéndole que asegure la neutralidad de Francia y Rusia. El rey dice que está tratando de persuadirlos para que cesen los aprestos militares, si Austria no va más allá de Belgrado.
El káiser Francisco José regresa del balneario de Ischl a Viena y de ahí se prepara a viajar a Budapest. El gobierno informa que la movilización total estará lista entre el 2 y 3 de agosto.
Las tropas francesas se retiran a 10 km de la frontera alemana, lo que los alemanes toman cono signo de debilidad, pro que era para asegurar sus posiciones.
En Budapest se enteran de la noticia de la movilización austriaca
En tanto, Sir Edward Grey a nombre del gobierno británico rechaza esas proposiciones alemanas del 29 de julio, calificándolas de “vergonzosas” y de "Infame propuesta" lo propuesto por Bethmann-Hollweg, pero sigue manteniendo su postura pacifista. Discurso del Primer ministro Asquith en cámara de los comunes informando de la crisis europea y del aplazamiento del Home Rule para Irlanda.
El jefe del Estado Mayor alemán general Von Moltke interviene ante su colega austríaco Conrad von Hotzendorff y lo presiona para que decrete la movilización general, al tiempo que se opone a los repetidos intentos de mediación del canciller alemán Bethmann Hollweg, cuya actitud está mediatizada por el temor a la intervención inglesa en el conflicto. El desacuerdo entre von Moltke y Bethmann Hollweg refleja las disensiones existentes en Alemania entre los jefes militares y los políticos.
Rusia hace intentos para atraer a Rumania al bando aliado para entrar en el conflicto, prometiéndoles la Transilvania que retenía Austria-Hungría; pero es bloqueado por el sentimiento pro alemán del rey Carol I de Rumania. Carol había nacido como príncipe alemán de la familia Hohenzollern-Sigmaringen, emparentada con la del káiser alemán.
El rey Carol I de Rumania
España declara la neutralidad en el conflicto, pero en la corte del rey Alfonso XIII surgen los conflictos entre la Reina Madre María Cristina (austriaca de nacimiento y prima del káiser Francisco José), y la Reina Victoria Eugenia (inglesa de nacimiento y nieta de la fallecida reina Victoria) que tratan de influir en la opinión del Rey.
El presidente Poincaré fracasa en obtener de Gran Bretaña garantías públicas de su apoyo a Francia, como forma de desalentar un ataque alemán. Francia recordó a Inglaterra el compromiso diplomático asumido entre ambas en 1912, luego del incidente de Agadir, de consultarse mutuamente en caso de verse amenazada la paz europea. Esto implicaba coordinar operaciones conjuntas; pero los ingleses dieron respuestas vagas al respecto.
A pesar que en los medios diplomáticos el ministro de asuntos exteriores ruso Sazonov aseguraba que no se estaban realizando ningún tipo de movimientos, en la Corte si estaban en tratativas, hasta que finalmente el Zar Nicolás II a las 18.00 pm. a pedido de sus ministros (Sazonov y Sukhomlikov) y militares (Yanushkevich) ordenó la movilización general de su ejército y de la armada, -a pesar de la reanudación de las conversaciones ruso-austríacas- , lo que conllevaba el despliegue de los ejércitos a las fronteras y que inevitablemente conducía a la guerra. Rusia dio ese paso frente a la presión francesa que buscaba frenar a los alemanes. El primero que tomaba la decisión de comenzar las hostilidades gozaba de una enorme ventaja estratégica, pero en el caso de Rusia el atraso administrativo y las inmensas distancias que tenían que salvar sus tropas, la situaban en una posición de gran desventaja frente a Alemania, “mucho más compacta y mejor organizada”, que además utilizo el argumento de ser la nación agredida por la movilización rusa.
El Zar tenía la idea de que cuando ocurrían grandes acontecimientos, ´´él como el “gran padre de la Patria” debía encabezar personalmente sus ejércitos, pero tanto los jefes militares como las autoridades políticas del imperio se pronunciaron en contra. Ya que con excepción de Pedro el Grande, los soberanos no eran paladines, y su participación en diferentes conflictos habían terminado en duros fracasos. Con esto, el cargo de jefe supremo de los ejércitos recayó en el Gran Duque Nikolai Nikolaevich, tío segundo del emperador, muy popular en los círculos militares, y que según la opinión de la mayoría, poseía dotes evidentes de líder.
Al conocerse ello en Berlín, los altos jefes del ejército y marina piden que Alemania declare la guerra a Rusia, entendiendo que no cabía "esperar a 1917" para ello, pues sería preciso derrotar a las tropas rusas antes que completen su plan de rearme en unos pocos años.
Al decretar la movilización general el Zar, hace inevitable la guerra general porque dio el pretexto para la movilización alemana y, por ende a la francesa. El Conde Ignatiev, agregado militar ruso en París, informa a sus superiores del "indisimulable deleite" de los mandos militares franceses ante la posibilidad de enfrentar a Alemania en una situación que creen ventajosa. El embajador belga reporta a su gobierno la misma sensación.
Francia comienza preparativos militares pero garantiza a Gran Bretaña que no atacará primero, mientras este país advierte privadamente a Alemania que no abandonará a Francia a su suerte. Ante esta certeza, Bethmann-Hollweg hace un intento por incitar al gobierno de Viena a aceptar la propuesta británica de mediación, advirtiendo que se ha alcanzado un punto de no retorno, dado que ni Rusia detendrá su movilización mientras Serbia esté siendo invadida por Austria-Hungría, ni esta última detendrá la invasión mientras Rusia haya ordenado su movilización.
Por entonces en Paris, San Petersburgo y Londres se criticaba la postura belicista que había adoptado Alemania saboteando de alguna manera la mediación de varios gobiernos.
En Serbia, los austriacos inician un violento bombardeo en la zona fronteriza de Novi-Bazar, región del Sandžak, tan ambicionado por Austria y cuya posesión fue quizá una de las causas determinantes de la guerra, pues dicha zona era el camino natural de Austria hacia Salónica en el mar Egeo. Belgrado es nuevamente bombardeada por 4 monitores austriacos desde el rio Danubio, provocando la huida al interior de la población civil y también de la guarnición militar, ocupando la capital fuerzas austriacas. Combates en Smedernero a orillas del rio Save.
También en ese mismo día las bandas de guerrilleros serbios intentaron un golpe de mano sobre la frontera de Bosnia, por Kuka y el norte de Privoi, para destruir líneas del tren y de telégrafos, pero fueron rechazados por fuerzas austriacas. No contentos, los guerrilleros serbios regresaron en mayor número, trabando combate con los austriacos en Ciovi, pero también esta vez hubieron de retirarse totalmente batidos por los imperiales.
Salen informaciones periodísticas que señalan que la camarilla militar austríaca, de acuerdo con la alemana, había puesto en marcha sus planes de guerra con anterioridad al asesinato de Francisco Fernando en Sarajevo. Dicen que todo estaba planeado por los círculos belicistas.

Según el historiador británico HP Wilmott, indica que Guillermo II declaró: "La crueldad y la debilidad iniciará la guerra más terrible del mundo, cuyo propósito es destruir a Alemania. Porque ya no puede haber dudas, Inglaterra, Francia y Rusia que han conspirado juntos para luchar una guerra de aniquilación contra nosotros".

El ejercito alemán desfila en Berlin

martes, 29 de julio de 2014

Trigésima novena parte  (39º envío)
LA  PRIMERA  GUERRA  MUNDIAL  DIA  A  DIA  por Carlos Enrique Fonseca Sánchez
29 DE JULIO       
En la madrugada el Zar Nicolás II de Rusia telegrafió a Guillermo II de Alemania “urgiéndole a buscar una solución a los malentendidos y a los movimientos peligrosos entorno a la crisis de los Balcanes”. (Blogspot: la gran guerra 1914-1918.html). A la una de la tarde telegrafía de nuevo al káiser en la que le pide que interceda ante las presiones de Austria porque si no lo hace, el pronto va a tener medidas que conducirán a la guerra. A las 6:30 de la tarde contesta Guillermo defendiendo la posición austriaca, pidiéndole que Rusia sea solo espectador en la guerra austro-serbia.
Gran Bretaña exige la mediación internacional para resolver la crisis empeore. Sir Edward Grey hizo un último esfuerzo, proponiendo que Austria se limitara a una expedición punitiva contra Serbia, comprometiéndose a detener su avance en un punto convenido para luego someter la cuestión a una conferencia de las potencias. Austria y Rusia aceptaron.
Rusia insta a moderación al gobierno alemán y temiendo el debacle serbio los rusos inician la movilización parcial de tropas en la frontera austro-húngara como medida de precaución, avisando a Alemania que esta era una medida de precaución contra Austria y que estaba dirigida contra ella. Cuando Alemania recibe estas noticias advierte a Rusia que su movilización parcial amenazaría la paz con Alemania e inicia preparativos para movilizarse. Rusia decidió finalmente movilización general y Alemania hace lo mismo. Gran Bretaña presiona a los alemanes a aceptar la mediación, pero advierte que no podía soportar todo en estas circunstancias.
El gobierno ruso encarga al general Dobrorolsky la movilización y señala que Nicolás II sería el comandante en jefe supremo ruso pero no previno problemas de cooperación y coordinación civil-militar.
El embajador francés en San Petersburgo Paléologue, aseguró otra vez el apoyo de Francia a Rusia.
La flota británica (Royal Navy) concentra unos 29 acorazados y 13 cruceros en su base en Portland  suspendiendo el cruce del estrecho de Dover para realizar maniobras en el Mar del Norte.
La prensa austriaca publica, en muchos casos ocupando toda su primera página, un manifiesto del Emperador, titulado “A mis pueblos” en el que Francisco José se refería a las repetidas muestras de "hostilidad, odio e ingratitud" del Reino de Serbia contra su persona y su corona y decía :
“En esta hora grave soy totalmente consciente de todas las consecuencias de mi decisión ante Dios Todopoderoso. Lo he considerado y examinado todo. Con mi conciencia tranquila me dirijo hacia el camino que mi deber me obliga (…) Confío que Dios Todopoderoso ayudará a mis armas a conseguir la victoria”.
En Alemania, las manifestaciones patriotas se dan en varias ciudades pero provoca un pánico financiero cuando la gente retira sus ahorros de los bancos y estos no tienen como pagar. El canciller llama a Sudekum, uno de los líderes socialistas para pedir la cooperación de su partido y este tras conversar con sus bases le contesto que no organizarían ningún tipo de huelgas.
Manifestación en Berlin apoyando a Austria y a su gobierno
En Francia, el presidente Poincare, su premier Viviani y su comitiva llegan a Dunkerke y viajan por tren a Paris siendo muy bien recibidos por la población, poniéndose de inmediato al corriente de los asuntos de estado, en tanto los socialistas encabezados por el diputado Jean Jaurés convocan a una huelga general en Europa para impedir el conflicto. Pero por la guerra que se avecina la gente ha empezado a sacar sus ahorros de los bancos y los movimientos de la bolsa de valores de Paris han caído fuertemente como era de esperarse.
En actos que solo demostraron la falsedad de la diplomacia de entonces, el Zar Nicolas II viendo lo que se venía, en la noche telegrafía a su primo el káiser Wilhelm II para decirle que no se preocupase, “que la movilización parcial emprendida 5 días antes sólo respondía a medidas preventivas”. La noticia en Berlín sólo confirmó las peores sospechas. Los servicios de inteligencia ya habían advertido de movimientos serios en la frontera. Alemania promulgó la Kriegsgefahrzustand, es decir la declaración de peligro inminente de guerra.
El gobierno alemán indica al gobierno británico, que si Gran Bretaña se mantenía neutral, se respetaría la neutralidad de Holanda y se garantizaría la independencia de Bélgica siempre que esta no se declarara contra Alemania. Además, prometía no anexarse territorio francés. Todo lo cual fue correctamente entendido en el sentido de que Alemania no se comprometía a respetar la neutralidad belga, ni a no anexarse colonias francesas.
En Bruselas (Bélgica) tuvo lugar la última reunión pacifista, La Junta Internacional socialista pide a todos los socialistas de los estados amenazados por la guerra que se manifiesten con vigorosas demostraciones y que ejerzan sobre sus gobiernos “una presión más enérgica que nunca” en favor de la paz. Los sindicatos y los partidos obreros se opusieron al conflicto porque consideraban que era una guerra puramente comercial y que los trabajadores no tenían nada que ganar en ella y todo para perder; pero este llamado termino en el fracaso del socialismo en su intento de parar la guerra, ya que el pueblo la pedía a gritos.
La Internacional Socialista se reunió en Bruselas para preparar el congreso que tenía previsto celebrar en Viena en unas semanas. El austríaco Adler cree inevitable la guerra y rechaza oponerse a ella; los alemanes Kautsky y Haase y la polaca Rosa Luxemburgo se manifiestan por evitarla a toda costa; el francés Jaurès sostiene que cada partido socialista afiliado debe bloquear la asignación presupuestaria para el conflicto en su respectivo país. Por sugerencia suya (Jaurès creía “imposible” que la situación degenerase en una guerra general) se posterga la definición de una postura común hasta un encuentro previsto para el 9 de agosto en París, que en definitiva nunca se produjo.
En Gran Bretaña la izquierda y los sindicatos eran antibelicistas y la derecha formada por liberales y conservadores, era pro bélica. Los diarios más vendidos el “Daily Mail” y “The Times” eran de propiedad de lord Northcliffe y profundamente anti alemanes, uno de sus mas conocidos periodistas era HG Wells.
“En el verano de 1914 fallaron todos los principios y medios antibelicistas que el socialismo había discutido. Conviene tener en cuenta que detrás de las grandes declaraciones y manifiestos había no pocas tensiones en el seno del socialismo europeo, como se había puesto de manifiesto en los debates sobre la huelga general y el colonialismo. La derecha del SPD (socialismo alemán) era marcadamente nacionalista. En el socialismo francés había, también defensores de una guerra defensiva. Pero no todo debe ser achacado a los dirigentes socialistas. Frente a estas protestas, los gobiernos lanzaron fuertes campañas de propaganda patriótica con la intención de que la gente viera en la guerra una causa nacional. Esto despertó un gran fervor nacionalista que se iría apagando a lo largo de los cuatro años del conflicto más sangriento de la historia hasta ese momento. El exacerbado patriotismo había calado profundamente entre la población de los países europeos gracias a la intensa propaganda desarrollada durante muchos años. La guerra se convirtió en un medio que podía emplearse para defenderse del enemigo que pretendía expansionarse, ya fuese, alemán, francés o eslavo” (“Los socialistas ante la guerra”. Por Eduardo Montagut Contreras. www.Losojos deHipatia. 15/Enero/2014)
El canciller austriaco Berchtold presiona a los alemanes a ordenar la movilización de su ejército, con la idea de que esto obligará a Rusia a retroceder, como en la crisis de 1909 sobre Bosnia. El general alemán Von Moltke advierte a su canciller Bethmann-Hollweg que Austria-Hungría no puede ir a la guerra con Serbia sin ordenar la movilización contra Rusia por razones de seguridad, que esa movilización hace inevitable una guerra entre ambos imperios, que Alemania está obligada a movilizarse contra Rusia para garantizar la supervivencia de su aliada, y que se está perdiendo un tiempo precioso en dejar que Rusia haga el primer movimiento sólo para justificar la respuesta alemana.
La mayoría de los miembros del gabinete liberal británico, a pesar de la opinión de Grey y todavía preocupados por los acontecimientos de Irlanda, se expresan en contra de la participación en la inminente guerra, aún en caso de invasión alemana a Bélgica. El embajador alemán en Londres, Príncipe Lichnowsky advierte a su gobierno que "si la guerra se desata, será la peor catástrofe que el mundo haya presenciado".
Se inicia la guerra:
Austria-Hungría bombardea Belgrado, los cañones de los fuertes de la ciudad austriaca de Semlin (ciudad que estaba frente a Belgrado) y los de los monitores de la escuadrilla del Danubio, rompieron el fuego sobre Belgrado, la capital de Serbia. El bombardeo a la capital serbia aunque no causó muertes, fue una medida más propagandística que real, desde el punto de vista militar pero provocó muchas críticas en todas partes, pues, en la ciudad solo había gente indefensa: mujeres, ancianos y niños ya que el ejército se había retirado al interior.
Monitores austriacos bombardean Belgrado
El ejército austro-húngaro lanzó ataques de artillería contra los serbios en el norte y el noroeste del país y, luego inicio la construcción de un sistema de puentes de pontones a través de los ríos Sava y Drina. Al iniciarse el avance austriaco, de una orilla a otra del Danubio se produjeron numerosas escaramuzas, que no impidieron el avance austriaco. De estas escaramuzas, la más importante se libró cerca del puente de Semlin.
Después de sostener fuego durante largo rato ambos ejércitos, fuerzas del V y VI ejército austriaco se aproximaron al puente sobre el rio Save e intentaron atravesarlo, pero los serbios volaron el puente, aunque no consiguieron destruirlo por completo, pues las cañoneras austriacas lograron protegerlo y atacar al enemigo obligándolo a dejar la orilla opuesta del río. Poco antes de la voladura del puente que unía Belgrado y Semlin, los serbios habían destruido ya el puente de barcas cercano al puente de Semlin. La artillería austriaca bombardea el otro lado de la orilla del Danubio, permitiendo que las fuerzas austriacas se apoderen de esa parte. Los serbios sabían que era imposible alinear sus fuerzas en la totalidad de la frontera austro-serbio, que se extendía 340 millas. Por lo tanto, el Jefe del Estado Mayor General, Radomir Putnik, considerado como un héroe por haber llevado a los serbios a la victoria en la guerra de los Balcanes, ordenó que el ejército serbio estableciera una línea tradicional de defensa en la región boscosa de Sumadija, donde podían moverse rápidamente ya sea al norte o al oeste.
El ejército serbio tenía doce divisiones, unos 400.000 hombres, incluyendo las reservas. Serbia tenía una moderna artillería pero sufría una grave escasez de municiones, granadas y rifles, con sólo cuatro ametralladoras por regimiento. Varios destacamentos serbios fueron ubicados en las ciudades de Valjevo y Uice y en los puestos de avanzada estacionados en todos los puntos importantes de la frontera. El ejército de Montenegro se pone en contacto con al serbio en Plesoje. La flota austro-húngara establece el bloqueo al puerto montenegrino de Antivari en el mar Adriático y el gobierno de Viena ordena la expulsión de los montenegrinos del Imperio.
Durante las primeras refriegas entre serbios y austriacos, un grupo de soldados serbios situados en las cercanías de Belgrado, hizo fuego sobre tres botes que conducían por el Danubio a ciudadanos austriacos que abandonaban aquella ciudad. Los fugitivos, sorprendidos y desarmados, perecieron todos, en su mayor parte ahogados.
Gran Bretaña ordena la movilización de su flota y advierte a Alemania que no permanecerá neutral en caso de un ataque a su aliada Francia.

El Káiser y el Zar continúan con nerviosas negociaciones por telégrafo. A las 11 pm. Nicolás II, creyendo que aún es posible un acuerdo, rechaza los consejos de sus jefes militares y anula una orden de movilización total (esto es, también contra Alemania) emitida minutos antes, remplazándola por una orden de movilización parcial contra Austria-Hungría, que es fuertemente criticada por el embajador francés en San Petersburgo.

lunes, 28 de julio de 2014

Trigésima octava parte  (38º envío)
LA  PRIMERA  GUERRA  MUNDIAL  DIA  A  DIA  por Carlos Enrique Fonseca Sánchez
28 DE JULIO       
Hoy día hace cien años, el martes 28 de julio,  se inició oficialmente la Primera guerra mundial con la publicación oficial de la declaratoria de guerra del Imperio Austro-húngaro al reino de Serbia. Esto a 30 días del asesinato en Sarajevo de los archiduques austriacos. Nadie pensó que sería una larga guerra, todos pensaban que para fin de año acabaría pero duro 4 largos años. La larga disputa de las alianzas europeas por el control de la política y economía mundial llego a su objetivo, una conflagración que llevara a la definición de quien tendría el poder en el mundo y finalmente la ganadora no fue ninguno de los bandos, fue finalmente los Estados Unidos que aparecieron y se consolidaron como eso.
La sucesión de hechos en este día fue así:
A pesar de los intentos de mediación ingleses y alemanes (conferencia de embajadores, negociaciones directas entre Rusia y Austria-Hungría), a las 11:00 am. se hace pública la declaración de guerra de Austria-Hungría a Serbia, con lo que se inicia la Primera Guerra Mundial.
A partir de entonces se produjo la cadena de declaraciones de guerra entre países europeos como respuesta a las alianzas militares, poco antes el gobierno austro-húngaro había declinado la última oferta de mediación hecha por Gran Bretaña.
Durante estas tratativas se puso en práctica - una vez más - el concepto enunciado por el famoso teórico prusiano de la guerra, Clausewitz, que escribió “la guerra es la continuación de la diplomacia por otros medios”.
Telegrama con la declaración de guerra de Austria a Serbia
Declaración oficial de guerra de Austria a Serbia




















En Alemania se hace el llamamiento a los reservistas a unirse a sus unidades militares.
En la Corte rusa los ministros discuten si intervenir o no. El ministro Sazonov se había reunido con el general Yanushkevich que le había presionado para convencer al Zar de la movilización y en la tarde se reúne con el Zar Nicolás II. Rusia ya estaba planeando la movilización parcial contra Austria-Hungría, pero manifestó que no tenía intenciones agresivas hacia Alemania.
Pero esa misma tarde el gabinete de exteriores ruso envió un telegrama a Berlin, Viena, Paris, Londres y Roma anunciando movilización de los sectores de Odessa, Kiev, Moscú y Kazán e informando de que quería evitarse cualquier enfrentamiento con Alemania. (Blogspot: la gran guerra1914-1918.html)
En Bucarest, el rey Carol de Rumania informó al Embajador de Austria-Hungría que neutralidad de Rumania estaba determinada por la de Italia. Bulgaria anunció su neutralidad.
Varias unidades de la flota británica reciben las órdenes de zarpar hacia sus estaciones de ultramar por la guerra.
Alemania rechaza la idea británica de presionar a Austria-Hungría, pero el Káiser vacila debido al riesgo de intervención británica, con la posibilidad de que su país apareciera como avalando una agresión, ya que la respuesta serbia luce como una claudicación absoluta, por eso discute con su canciller Bethmann-Hollweg para solicitar a sus aliados que comiencen negociaciones tras la ocupación de Belgrado por los austriacos. Pero el canciller y el estado mayor se las arreglan para sabotear las nuevas intenciones del Káiser.
El embajador ruso en París, el conde Izvolski, telegrafía a Sazonov que se puede dar por seguro el apoyo francés a Rusia en caso de guerra. Poincaré afirma a un miembro de su comitiva que "ya no puede haber acuerdo" de paz.
Bethmann-Hollweg obtiene del sector centrista del socialismo alemán la promesa de no obstaculizar un eventual esfuerzo bélico contra Rusia.
Alemania propone al Imperio Otomano una alianza militar, con el ánimo de controlar la entrada al mar Negro y asfixiar a Rusia.
Según informa el New York Times del 28 de julio, en Viena se registran marchas frente a las embajadas y disturbios porque los precios de algunos comestibles se triplicaron, debido al acaparamiento. El corresponsal informa que los telégrafos han sido reservados al exclusivo servicio del Estado y se ha establecido el control militar de los ferrocarriles. La nota afirma que “la paz de Europa ahora está en las manos del Káiser”.
A las 10:45 de la noche el káiser Guillermo telegrafía a su primo el zar Nicolás de Rusia, afirmando que utilizaría su influencia con Austria-Hungría “a que procure una avenencia franca y satisfactoria con Rusia”... pero le exige que acepte el castigo para los responsables serbios del atentado.
En Paris, durante el caso Caillaux, que cada día perdía más publicidad, el jurado absolvió  a Madame Caillaux, sin que los partidarios de ella mostrasen satisfacción ni los enemigos reanudasen sus protestas. La absolución se acogió con una completa indiferencia, ya que en estos momentos los franceses tenían asuntos más importantes de qué ocuparse y que llenaban su pensamiento completamente con era la guerra recién declarada y sus repercusiones.
En esta capital a pesar de la gran agitación por la guerra que se avecinaba,  el sentimiento anti alemán y el espíritu patriota por recuperar las provincias de Alsacia y Lorena, los socialistas pregonan por la paz como Gustave Herve director de la “Guerre Sociale que escribió: “¡El honor de Nicolás no permite que se toque a Serbia!, ¡El honor de nuestro aliado no se mostro cuando estrangulo a Finlandia, esclavizo a Polonia y a los judíos! … que la intromisión de Rusia solo puede aumentar el peligro, sin garantizar por ello la existencia de la pobre Serbia. Que ello solo seria hacerles el juego a los imperialistas alemanes”. No le faltaba razón en sus apreciaciones, pero la propaganda belicista y patriotera lo apagó.




Soldados rusos durante la movilización del ejercito

domingo, 27 de julio de 2014

Trigésima séptima parte  (37º envío)
LA  PRIMERA  GUERRA  MUNDIAL  DIA  A  DIA  por Carlos Enrique Fonseca Sánchez
27 DE JULIO       
En Rusia, el Zar Nicolas II convencido por la gente del partido belicista, su tío el Gran Duque Nikolai y el comandante supremo del ejército, general N. Yanushkevich decreta la movilización parcial del ejército.
El Zar Nicolas II telegrafió al rey Pedro de Serbia diciendo que Rusia no sería indiferente a su destino. Pero el Zar se muestra todavía conciliador: propone conversaciones a Viena pero esta dice que es demasiado tarde para una propuesta de mediación o conferencia.
Por orden del Almirantazgo británico la dispersión de la flota (Royal Navy) es revocada en instancia del Almirante Príncipe Louis de Battenberg. Sir Edward Grey hace una declaración en pro de la paz en la cámara de los comunes.
Se produce un incidente armado en la frontera serbio-húngara, en medio de la gran tensión política europea, que en el informe que entrega el Canciller Berchtold al emperador lo señala como «un conflicto considerable”. Pero en realidad no fue tan grave, fue así, un grupo de reservistas serbios transportados en barcos por el río Danubio cruzaron la frontera austrohúngara del río en Temes-Kubin y fueron advertidos de ello por soldados austriacos con tiros al aire. Luego los austriacos que vigilaban las orillas del Danubio hicieron fuego contra dos buques serbios cargados de material de guerra, y, después de un breve tiroteo, se apoderaron de dichos buques. Más tarde, por indicaciones de la delegación de Alemania en Serbia, que hizo notar al Gobierno austriaco que la captura de dichos buques antes de haberse hecho la declaración de guerra constituía una violación del derecho internacional, por lo que ambos barcos quedaron en libertad.
Pero horas más tarde, era remitido al ministro de Asuntos Exteriores serbio, el siguiente comunicado de Viena: “El Gobierno Real de Serbia, no habiendo respondido de manera satisfactoria al comunicado que le ha sido remitido por el embajador de Austria-Hungría en Belgrado, con fecha 23 de julio de 1914, obliga al gobierno Imperial y Real a hacer frente a la necesidad de salvaguardar sus derechos e intereses y recurrir a la fuerza de las armas. Austria-Hungría se halla, a partir de este momento, en guerra contra Serbia”.
Es decir Austria-Hungría declara la guerra a Serbia, pero se haría oficial a partir del 28 de julio.
En Francia, se expidieron órdenes para llamar a filas unos 100.000 soldados nativos de los territorios africanos de Marruecos y Argelia. El comandante supremo del ejército francés, general Joffre exigió al ministro francés Messimy explicar cuál era el estado de la movilización rusa y le informó que era preciso saber el estado real de los preparativos rusos ante un ataque conjunto contra Alemania. Le exigía garantías de un apoyo ruso en caso de ataque. Messimy contactó al embajador francés en Rusia Paléologue, para conocer el estado de la movilización rusa.
Al informarle de la parcialidad de la misma, Joffre y el ministro le exigieron a Paléologue que presionase para conseguir una movilización general rusa que les permitiese tener las garantías necesarias para poder encarar un posible conflicto con Alemania. Por su parte, el primer ministro Viviani telegrafió desde el buque de guerra France aconsejando a Paléologue encontrar una solución al asunto. Paléologue se reúne con Sazonov y garantiza que Francia estaba lista para cumplir las obligaciones con su aliado.
El gobierno alemán declina la oferta de mediación hecha por Gran Bretaña. El canciller Bethmann-Hollweg ya parecía resignado a una guerra total, escribió: "Una fatalidad más fuerte que el poder, planea el hombre sobre Europa y sobre el pueblo alemán".
Un oficial de inteligencia alemana en Königsberg (Prusia Oriental) informó que los rusos habían declarado la ley marcial en los distritos de Kovno, Vilna y Suvalki.
Italia informó a Berlín y Viena, que desde que Austria-Hungría no consultó con ella sus acciones contra Serbia, Italia ya no estaba vinculada con Austria ni Alemania por el tratado de la Triple Alianza, es decir renunciaba a su alianza con dichos imperios.
En Alemania se dan las primeras medidas preventivas como las órdenes para la concentración de las locomotoras y la toma de emplazamientos de las tropas de frontera, con requisas de víveres.
El embajador austrohúngaro en Berlín informa a Berchtold que Alemania no apoya las propuestas de mediación, y que sólo las avala públicamente por razones de conveniencia política.
La Royal Navy es concentrada en aguas británicas, lo que desata el pánico en las bolsas alemanas y sorprende al Káiser, que se indigna con Bethmann-Hollweg. La bolsa de Viena es cerrada.
En una conferencia internacional de organizaciones gremiales celebrada en Bruselas, los sindicatos alemanes no aceptan una propuesta de la CGT francesa de declararse en huelga para frenar los preparativos bélicos.
El embajador alemán en Londres, el Príncipe Lichnowsky, conocido por su línea pacifista advierte que no cree posible que Alemania pueda ganar una guerra general si interviene el Reino Unido, y que es imposible que el conflicto quede circunscrito a serbios y austrohúngaros.

El diario londinense The Times comienza a pedir la intervención británica del lado de Francia y Rusia

Tras tres días de reuniones en Londres para discutir el conflicto en Irlanda este se cierra sin que lleguen a algún acuerdo; Los Unionistas de Carson se sentían envalentonados por el apoyo del rey, la nobleza, el gobierno conservador, la opinión publica inglesa y del ejercito no les dispararía nunca, mientras que la gran mayoría de irlandeses no están dispuestos a perder lo que con tanto esfuerzo han ganado, uno de sus líderes el señor Reymond es abucheado por la multitud en Londres. El rey en las reuniones hablo del peligro de una guerra civil.

sábado, 26 de julio de 2014

Trigésima sexta parte  (36º envío)
LA  PRIMERA  GUERRA  MUNDIAL  DIA  A  DIA  por Carlos Enrique Fonseca Sánchez
26 DE JULIO       
En Rusia el gobierno convocó con urgencia al Consejo de Estado y a la Duma, que apoyaron rápidamente la entrada en la contienda. El auge patriótico resurgió en todas partes, y acabó momentáneamente con algunos de los conflictos sociales y políticos entre partidos. Las huelgas casi de inmediato se suspendieron. Las fortalezas rusas en zonas fronterizas con Alemania y Austria-Hungría son puestas en estado de guerra.
El Rey Jorge V de Gran Bretaña y su primo el zar Nicolas II de Rusia
El gobierno francés cancela todas las licencias al personal militar y ordena el regreso a Francia de la mayoría de las tropas estacionadas en Marruecos.
El pequeño estado balcánico Montenegro aliado de Serbia, ordenó la movilización completa de su ejército de 50 mil soldados.
El ministro de Asuntos Exteriores británico, sir Edward Grey, tratando de mediar entre las potencias, insiste y propone que las potencias más poderosas, Gran Bretaña, Francia, Rusia, Alemania e Italia se reunieran en una conferencia para arbitrar en la disputa austro-serbia. Francia e Italia están de acuerdo en participar, Rusia también, pero Alemania declinó dicha oferta y todo fracasa. El ministro ruso Sazonov y Grey no pudieron logran convencer a los alemanes de que se unan a una mediación entre Viena y Belgrado.
Serbia y Bulgaria agudizando problemas anteriores rompen relaciones diplomáticas.
El Káiser alemán Guillermo II llega a Kiel de un crucero en el mar del Norte. Él estaba seguro que Rusia no lucharía en la eventual guerra. El Káiser alemán volvió a su palacio de Potsdam y celebró una conferencia con los principales líderes civiles y militares, discutiéndose la idea que Alemania amenace a Rusia si esta comenzaba su movilización y sus preparativos militares.
El Canciller austriaco Conde Berchtold recibió la respuesta de Serbia y escondió los documentos durante dos días. Austria-Hungría movilizó parcialmente ocho cuerpos de ejército en la frontera rusa. El jefe del ejército imperial austro-húngaro mariscal Conrad von Hoetzendorf dijo a  Berchtold que una invasión austríaca a Serbia no sería posible, solo en algunas semanas.
En Viena rechazaron la propuesta rusa para sostener conversaciones con respecto a Serbia. Rusia declaró que movilizara sus fuerzas en la frontera austro-húngara si Austria marchaba hacia Serbia.
Reservistas austriacos rumbo a sus cuarteles
Berlín pidió a Francia -que mostró una pasividad sorprendente durante toda la crisis de julio- que presionase a Rusia para que no interviniera. París aceptó a condición de que Berlín hiciera otro tanto con Austria, lo que Alemania rechazó.
El gabinete del ministerio de relaciones exteriores alemán cree que Francia y el Reino Unido se mantendrán ajenos a la crisis. El general Helmuth Von Moltke jefe del estado mayor alemán expresa su desagrado por la demora en atacar Rusia.
El Rey Jorge V expresa al Príncipe Enrique de Prusia y a Alemania que el Reino Unido desea permanecer neutral en caso de guerra.
Itsvan Tisza Primer ministro hungaro
Después de un viaje complicado, el general Putnik regresó a Serbia y ofreció su dimisión al rey Pedro I de Serbia por su resquebrajada salud y su edad pero fue rechazado, el rey insistió a Putnik tomar el mando del ejército, aunque sólo sea en un sentido estratégico, mientras que los generales más jóvenes, como Stepa Stepanović, Zivojin Mišić y Petar Bojović se harían cargo de las operaciones militares. Putnik tuvo que pasar la mayor parte de su tiempo en una habitación bien caliente.
Multitudes de personas a favor de la guerra emocionadas se reúnen en las calles de Berlín , Viena y París , en este último gritando "¡A Berlín!", que los lectores del libro “Nana” de Emile Zola recordarán también gritaron en 1870.  Un "prominente banquero" en Berlín le dice al reportero del New York Times, "La atmósfera se había vuelto insoportable; la guerra será un alivio”.
En Francia, durante el sonado juicio a Madame Caillaux por el asesinato del editor de “Le Figaro”, las cartas del ex ministro Joseph Caillaux a su entonces amante, la actual Madame Caillaux, finalmente se leen en los tribunales y dejan en claro que la relación era adúltera y ya quería poner fin a su matrimonio al leerse ("Lo que es molesto para los dos es que durante largos meses tendremos que emplear precauciones extremas "). Como el abogado llegó lo de "Mil millones de besos sobre cada parte de su pequeño cuerpo adorable," Madame Caillaux desmayó.
Hubo un animado debate entre dos de los jueces en el caso, sobre el manejo del juez que preside el juicio, que termino en un reto a un duelo, entre los dos jueces. Pero primero, tienen que solicitar al Ministerio de Justicia el permiso para el duelo

En un artículo no confirmado pero bastante polémico, Edmund Paris en su obra “El Vaticano contra Europa”, The Wickliffle Press. p. 14. dice: “El Papa Pío X en su odio por los cristianos ortodoxos continuamente incitaba al emperador Francisco José de Austria- Hungría a eliminar a los [serbios]. Después de lo que sucedió en Sarajevo en julio 26, 1914, el Barón Ritter un representante de Bavaria al Vaticano le escribió a su gobierno: “El Papa aprueba el trato terrible que se le está dando a Serbia. Él no tiene muy buena opinión de los ejércitos de Rusia y de Francia en el caso de la guerra con Alemania. El Cardenal, Secretario de Estado, no veía que Austria pudiese hacer guerra si no decidiese hacerlo en ese momento...” Allí en sus colores reales, estaba el Vicario de Cristo [el Papa], el gentil apóstol de la paz, el santo pontífice cuyos autores piadosos parecían haber muerto de tristeza al ver el surgimiento de la guerra”. Como les dije es bastante insidioso y no lo confirmo. Pero se puede encontrar en la web


viernes, 25 de julio de 2014

Trigésima quinta parte (35º envío)
LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL DIA A DIA por Carlos Enrique Fonseca Sánchez
25 DE JULIO
Es el día crucial de la crisis europea, desde este día el desarrollo de la guerra se haría imparable, la actitud de los gobiernos de Alemania, Austria-Hungría, Rusia, Serbia y Francia llevaron finalmente a la guerra, el único gobierno que intento una mediación y conciliar a los países fue Gran Bretaña, pero sus intentos fueron inútiles.
Rusia vuelve a solicitar una extensión del plazo para la respuesta serbia, pero Austria-Hungría rechaza la solicitud rusa. Rusia se hacia el conciliador pero al mismo tiempo se prepara para movilizar 13 cuerpos de ejército en la frontera austro-húngara.
El gobierno de Serbia respondió en el último minuto al ultimátum austriaco (17:58 pm) aceptando conciliadoramente todas las condiciones, pero la sexta referente a permitir el trabajo en Serbia de expertos austríacos para llevar a efecto la investigación sobre el asesinato de Sarajevo, no; negándose a aceptarlo alegando que violaba su soberanía y proponiendo el arbitraje del Tribunal Internacional de la Haya (creado en 1899). Además, en previsión de una guerra, ya había ordenado la movilización parcialmente a sus tropas, en tanto que Austria-Hungría hacía lo propio con las suyas. Al aceptar el ultimátum Serbia dejaba como agresores a Austria-Hungría.
Viena considera que la demanda ha sido rechazada y ordena a su encargado de negocios, Baron von Giesl a abandonar Belgrado. Ambos países rompen relaciones diplomáticas.
El canciller Berchtold logra que el Emperador Francisco José firme la orden de movilización tras alegar que los serbios “ya están atacando”. El conocimiento de la existencia de preparativos para la movilización parcial de las tropas rusas endurece las posiciones de serbios, austrohúngaros y alemanes.
Sir Edward Grey, ministro de Asuntos Exteriores inglés, convertido en un activo mediador, propone un arbitraje europeo para zanjar el asunto, sugiere que tanto Austria-Hungría como Serbia se sometieran a la mediación de las potencias no implicadas directamente en la cuestión, Gran Bretaña, Francia, Rusia, Italia y Alemania en una mesa de negociación en Londres. Rusia estuvo de acuerdo con la propuesta, pero Alemania condicionó su apoyo a que Inglaterra obtuviera del gobierno del zar la confirmación de abandonar sus pretensiones en los Balcanes. Como sus exigencias no fueron aceptadas, Grey invitó a Alemania a proponer una fórmula alternativa de conciliación.
Pero este mismo día, 25 de julio, los alemanes se dirigieron a Francia y a Gran Bretaña para plantearles que presionaran a Rusia a fin de que se mantuviera neutral, lo que equivalía a permitir que Austria-Hungría se impusiera sobre Serbia. Tanto Francia como Gran Bretaña desecharon la propuesta, y el gobierno ruso prometió a los serbios que no les abandonarían a su suerte en caso de que se convirtieran en víctimas de una agresión por parte del Imperio austro-húngaro.
El Káiser Guillermo regresa de su viaje por Noruega y tras la respuesta al ultimátum austríaco envía un mensaje al Zar Nicolás de Rusia proponiéndole dejar a Austria en libertad para aplicar un correctivo a Serbia. El Zar propuso someter el caso a un arbitraje; a lo que el Káiser nunca respondió
El Zar Nicolás II convocó a su consejo de ministros a Tsarskoe Selo que confirma su apoyo a Serbia. A pedido del Ministro de relaciones exteriores Sazónov, los ministros y el gran duque Nikolai Nikolaevich tío del zar, declaran que Rusia no podía soportar y ni permitir humillaciones a Serbia sin Rusia perdiera su rango como potencia mundial. El general Yanushkevich jefe del estado mayor ruso y el gran duque Nikolai confirmaron las medidas propuestas el día antes por el consejo de ministros e introdujeron otras, de tipo militar: el retorno a los cuarteles de invierno de las tropas de maniobras, el cese de los permisos a oficiales y la promoción generalizada de los cadetes a oficiales. Todas ellas medidas de clara significación belicista.
En la noche, Yanushkevich transmitió las órdenes a los jefes militares de Varsovia, San Petersburgo y Vilna, señalando especial atención a la protección de los puestos fronterizos con Alemania y Austria-Hungría, y otro tipo de medidas que anticipaban, el estallido de un conflicto: el minado de puertos y puentes, la instauración de la censura militar.
Rusia solicita al Embajador inglés Buchanan, que Gran Bretaña se comprometa más con el bando de Rusia y Francia; esperando de que sólo eso podría disuadir a Alemania. Pero el gobierno británico, incluido el propio Rey Jorge V, no consideró posible comprometer ese apoyo atendiendo al estado de la opinión pública, más preocupada por los asuntos de Irlanda.
Varios miembros de la organización Mano Negro interrogados por la policia austriaca aseguraron que tres serbios importantes, Ciganovic, Dragutin Dimitrijevic alias Apis y el Mayor Voja Tankosic , habían organizado la trama. El 25 de julio, el gobierno Austro-Húngaro exigió al gobierno serbio arrestar a los hombres y enviarlos para ser juzgados en Viena. Nikola Pasish, el primer ministro de Serbia, dijo al gobierno austro-húngaro que no sería capaz de entregar a estos tres hombres, ya que "sería una violación a la Constitución de Serbia y al derecho penal"
El gobierno de Alemania envió una nota de apoyo idéntica a la que envió a Austria-Hungría; a Rusia, Francia y Gran Bretaña.
El Primer Ministro serbio Pasish que había buscado ganar tiempo para permitir una posible mediación que nunca se concretó, decide evacuar al gobierno de Belgrado y se instala en Nish (o Niš) que fue la capital serbia en tiempos de guerra, alojando a la familia real, al Gobierno y la Asamblea Nacional,
El General serbio Putnik, jefe del Estado Mayor es detenido cerca de Budapest (Hungría) cuando recibía un tratamiento médico, él era conocido por ser un brillante estratega; pero en un gesto de mucha caballerosidad, las autoridades austro-húngaras en respeto a su edad y salud lo liberan y le permiten su regreso a su país.
El embajador italiano en Austria-Hungría, siguiendo instrucciones de su gobierno, informó al canciller austriaco Berchtold que si el conflicto iba a conducir a las hostilidades o a la siquiera temporal ocupación del territorio serbio, entonces Italia se reserva el derecho de reclamar indemnización en virtud de las cláusulas dentro del Tratado de Alianza Triple, sobre todo por los territorios “irredentos” de Trieste. Con esto Italia rechaza apoyar a su nominal aliada Austria-Hungría y decide permanece a la expectativa.
Llegan a Francia por barco desde Estocolmo, el Presidente francés Poincare y su misión, que finalmente se dio cuenta de los acontecimientos y de la gravedad de la situación. Por esto se cancelación las visitas de estado a Noruega y Dinamarca.
El presidente Poincaré, durante su rápida visita a Suecia, transmite al Rey Gustavo V un mensaje de buena voluntad del Zar de Rusia y obtiene garantías de la neutralidad sueca en caso de una eventual guerra europea.
El gobierno británico advierte al embajador alemán que, si el conflicto involucra a Rusia, se pone en cuestión la paz europea y se verá obligado a actuar.
El Káiser alemán rechaza el pedido de mediación por “fútil”, a la vez que desde el gobierno imperial se alienta a Viena a marchar a la guerra cuanto antes, para presentar a la Entente un hecho consumado, entendiendo así que ésta se echará atrás. El jefe de estado mayor alemán Von Moltke y otros altos oficiales retornan de sus vacaciones. El Partido Socialista alemán condena el ultimátum austríaco.
El jefe de la inteligencia alemana en Königsberg (Prusia Oriental) informó que durante la noche anterior hubo inusualmente largos intercambios de mensajes codificados entre la Torre Eiffel en París y la estación inalámbrica rusa en Bobryusk.
El primer buque de guerra alemán cruza por el Canal de Kiel recién ampliado, que mejora la capacidad para mover barcos con seguridad entre los mares Báltico y del norte de Alemania.
Nikola Pasish primer ministro serbio en la estacion de tren de Belgrado

jueves, 24 de julio de 2014

 Trigésima cuarta parte  (34º envío)
LA  PRIMERA  GUERRA  MUNDIAL  DIA  A  DIA  por Carlos Enrique Fonseca Sánchez
24 DE JULIO
Este día es el último en 1914, donde hubo paz, a partir de los hechos y negociaciones que se efectuaban febrilmente en todas las capitales, esta palabra quedo relegada hasta los próximos 4 años.
El Primer Ministro de Serbia,  Pasich retorna a Belgrado y se reúne primero con el encargado de la embajada rusa tras la muerte de Harwig, Strandmann, confirmando el apoyo ruso y luego con su consejo de ministros hasta la noche sin llegar a una decisión, telegrafiando en la mañana a San Petersburgo avisando del Ultimátum austriaco.
La población en Belgrado pide la guerra contra Austria y el príncipe-Regente Serbio Alexander pidió apoyo militar al Zar de Rusia, en tanto se ordenaba la movilización del ejército en todo el país. El gobierno y la familia real empiezan su traslado de Belgrado al interior del país.
voluntarios serbios van a alistarse en el ejercito
Mientras el gobierno de Austria-Hungría informa a Gran Bretaña, Alemania, Francia, Rusia, Italia y al Imperio Otomano de su ultimátum a Serbia y notifica a Rusia que no tenía ninguna intención de anexar territorio Serbio. El canciller Berchtold anuncia que "cualquier aceptación condicional [del ultimátum], o una acompañada de reservas, será considerada como un rechazo".
El canciller alemán Bethmann-Hollweg transmite a las potencias de la Entente el apoyo alemán a su aliado.
En Gran Bretaña, el embajador francés en Londres advierte al secretario del Foreign Office  (Relaciones Exteriores) británico Sir Edward Grey que el tiempo apremia, y éste propone a Alemania que ambos países, junto con Francia e Italia, intenten mediar en el conflicto y soliciten un aplazamiento del límite temporal fijado por el ultimátum.
secretario del Foreign Office  (Relaciones Exteriores) británico Sir Edward Grey 
De todos modos, el gabinete británico está tan seguro de que la crisis no obligará a una intervención militar, inclusive casi todos los miembros del gabinete británico abandonan Londres para disfrutar serenamente del fin de semana. El gobierno británico aconseja al serbio que acepte de las condiciones todo lo que sea posible.
El Secretario Grey poco después alarmado seriamente por la situación dice: ".. nunca antes visto un estado a otro estado independiente enviar un documento de un carácter tan formidable".
A pesar de esto Gran Bretaña se negó a unirse a Francia y Rusia en una declaración conjunta de solidaridad de la Entente. Esto llevó a Alemania a creer que Gran Bretaña se mantendría al margen de un conflicto general.
El gabinete británico se reunió para discutir la delicada cuestión irlandesa, al fracasar el Irish Home Rule.
En Austria-Hungría, el gobierno de Austria informó a los otros poderes del Imperio, el contenido de su nota a Serbia. El primer ministro húngaro, el conde Tisza, rechazó de manera secreta el ultimátum a Serbia y trató de prevenir al emperador Francisco José sobre las consecuencias de un ataque sobre Serbia. Él estaba muy preocupado porque el ataque sería seguido por la intervención rusa y esto llevaría a una guerra mundial.
En Rusia, el ministro de relaciones exteriores ruso Sazónov estaba conmocionado y exclamó: "Esto significa una guerra europea". El zar Nicolás II convoca a un consejo militar ruso en Krasnoe Selo, cerca de San Petersburgo, donde el ministro Sazónov solicitó consentimiento del zar para declarar una movilización parcial del ejército contra Austria-Hungría y se ordene que se efectúe en secreto, dirigida exclusivamente a Austria-Hungría, no así a Alemania. Esto toma por sorpresa al alto mando ruso, cuyos planes están preparados para una movilización total, esto es, contra ambas naciones, pero que además tienen serios problemas para hacerlo. Por la tarde se reúnen durante cinco horas el consejo de ministros de Rusia y tras las palabras del primer ministro ruso Goremykin “es obligación del gobierno imperial decidirse inmediatamente a favor de Serbia”, se resuelve apoyar a Serbia aún si esto implica ir a la guerra y aún sin contar con las garantías del apoyo británico; además acuerdan otros puntos como:
- Pedir a las autoridades austriacas extender el período límite para resolver el ultimátum y advertir a las autoridades serbias de que se abstuviesen de luchar e, incluso que retirasen las tropas de sus fronteras.
- Insistir al zar para declarar la movilización parcial, con la posibilidad de ampliarla a general, según se desarrollasen los acontecimientos y proceder a retirar los fondos existentes en Alemania y Austria-Hungría.
Sergei Sazonov, ministro de Relaciones Exteriores de Rusia
Sazonov se reúne por separado con los embajadores de Austria, Conde Szappari y de Alemania, Conde Pourtales, para conversar sobre el Ultimátum y no puede llegar a nada terminando muy irritado en ambas reuniones.


Sazonov también se reúne con los embajadores de Francia Paléologue y de Gran Bretaña, Buchanan, estando totalmente de acuerdo, en que las “potencias germánicas” habían decidido recurrir a la fuerza para asegurar su hegemonía; y que Gran Bretaña no podía permanecer neutral. Buchanan, ante la presión, decidió que defendería con firmeza ante Lord Grey, su jefe, la necesidad de oponerse a la arrogancia germana.
Paléologue telegrafía a Paris buscando la solidaridad de los aliados, pero los auténticos destinatarios del telegrama (Poincare y Viviani) se hallan en el Golfo de Finlandia, navegando a bordo del Acorazado “La France”, donde las noticias llegan a piezas, pero lo suficientemente completas como para que Poincaré también lo tenga muy claro: la gestión austríaca es ilegítima, las demandas de Viena son obviamente inaceptables para Serbia, es más, suponen una violación del derecho Internacional. La responsabilidad de todo es de los alemanes, que deben encargarse de contener a su aliado austríaco
La Gaceta de la Bolsa, de San Petersburgo, el 24 de Julio público:
“Austria se engaña si cree que su ultimátum de ahora va a alcanzar el mismo resultado que el de 1909, cuando Rusia, agotada momentáneamente, no pudo sostener a Servía ante el atropello austríaco de entonces. La Rusia de ahora no podrá tolerar un atentado contra Servia y su independencia”.
El periodismo de San Petersburgo reflejaba los verdaderos sentimientos de la nación rusa. Desde el primer instante del conflicto, era general el deseo de sostener a los serbios, sabiendo que en años anteriores Serbia había tenido que acatar las imposiciones de Austria, sin que Rusia pudiera ayudarla por el estado de debilidad y desconcierto que dejo la fracasada guerra con Japón. Pero a pesar de estas manifestaciones de la opinión pública, que exigían una movilización inmediata sobre la frontera austriaca como respuesta al ultimátum, el gobierno ruso mantuvo varios días una conducta prudente.
La prensa comenta el ultimatum austriaco
Continúan los movimientos revolucionarios de obreros en San Petersburgo.
Alemania y Turquía comenzaron las negociaciones del Tratado de alianza en Estambul.
El embajador alemán en Paris, presenta una nota verbal al gobierno francés afirmando que el conflicto austro-serbio debía quedar localizado sin la intervención de las grandes potencias, pues de no ser así habría que temer “consecuencias incalculables”.
En la tarde, a la altura de Malmoe en la costa sueca se cruzan el acorazado francés “France” con Poincare abordo rumbo a Dunkerke, con el yate “Hohenzollern” con el káiser Guillermo abordo que se dirigía a Kiel, a pesar de la atmosfera hostil que se vivía, ambos jefes de estado se saludan desde los puentes de sus naves.

miércoles, 23 de julio de 2014

Trigésima tercera parte (33º envío)
LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL DIA A DIA por Carlos Enrique Fonseca Sánchez

23 DE JULIO 
Este fue un día trascendental para el inicio de la Gran Guerra
Austria acusa al gobierno serbio de conspirar en el asesinato y le envía un ultimátum a las seis de la tarde que debía ser respondido favorablemente en el plazo de 48 horas so pena de declaración de guerra.
El ultimátum exigía a Serbia, entre otras cosas, la eliminación de la sociedad nacionalista Mano Negra, la interrupción de cualquier campaña de desprestigio contra el Imperio austro-húngaro, la participación de la policía austro-húngara en Serbia para investigar el magnicidio y la entrega de los culpables a la justicia imperial para ser juzgados y castigados
Texto del Ultimátum de Austria-Hungría a Serbia
“La historia de los últimos años, y especialmente los acontecimientos dolorosos del 28 de junio, han demostrado la existencia en Serbia de un movimiento subversivo cuyo fin es separar de la Monarquía austro-húngara algunas partes de sus territorios. Este movimiento, que ha ido creciendo ante los ojos del Gobierno serbio, ha llegado a manifestarse más allá del territorio del reino con actos de terrorismo, con una serie de atentados y de muertes (...)
El gobierno Real serbio debe comprometerse:
1. A suprimir toda publicación que incite al odio y al desprecio de la Monarquía (...).
2. A disolver inmediatamente la sociedad llamada “Narodna Odbrana” (Mano Negra)y a confiscar todos sus medios de propaganda (...).
3. A eliminar sin demora de la instrucción pública en Serbia (...) todo lo que sirva o pueda servir para fomentar la propaganda contra Austria-Hungría.
4. A separar del servicio militar y de la administración a todos los oficiales y funcionarios culpables de la propaganda contra la Monarquía austro-húngara, de los cuales el Gobierno imperial y real se reserva el comunicar los nombres y los hechos al Gobierno real (...)
6.A abrir una encuesta judicial contra los participantes en el complot del 28 de junio que se encuentran en territorio serbio. Los órganos delegados por el gobierno Imperial y real tomarán parte en las investigaciones correspondientes
8. A impedir el concurso de las autoridades serbias en el tráfico ilegal de armas y de explosivos a través de la frontera (...) El Gobierno imperial y real espera la respuesta del Gobierno real lo más tarde hasta el sábado 25 de este mes, a las cinco horas de la tarde.”
Comunicado de 23 de julio de 1914.
Este ultimátum fue entregado por el embajador austriaco en Belgrado von Giesl a las 6 de la tarde, al encargado del gobierno serbio ante la ausencia de Pasich, el ministro de hacienda. A las 8 de la noche toda la ciudad lo sabe y los rumores dicen: ”Austria quiere acabar con nosotros” en medio de la inquietud general.
El tono de la nota sorprende al gobierno serbio, que esperaba que Alemania moderara a los austro-húngaros.
El canciller alemán Bethmann-Hollweg escribe una circular a su embajador alemán en Viena diciendo "que la acción y demandas de Austria-Hungría estaban plenamente justificadas".
El momento de presentación del Ultimatum estuvo bien escogido porque muchos líderes estaban ausentes de sus puestos de trabajo: el Primer Ministro serbio Pasich en campaña electoral, el Kaiser alemán en Noruega, Poincare y Viviani en altamar de regreso de Rusia, Shebeko (Embajador de Rusia en Viena), Goschen (embajador británico en Berlín).
Termina la visita de la misión francesa en san Petersburgo renovándose los Pactos de Alianza Franco-Rusa, saliendo de San Petersburgo y su comitiva por barco.Esto limita severamente su conocimiento de la situación y del rápido desarrollo de los acontecimientos.
En Francia, el diputado y líder socialista Jean Jaurès se distanció de la ola chauvinista que crecía y en su discurso en Lyon, el 23 de julio de 1914, culpó de la «situación terrible» a «la política colonial de Francia, la política hipócrita de Rusia y la brutal voluntad de Austria». Llamó a los obreros de todos los países que estaban al borde de enfrentarse en la guerra a unirse para alejar «la horrible pesadilla».
El ministro italiano Di San Giuliano irritado porque “su aliado” Austria no le consultó sobre esto, consideró el ultimátum como un 'acto de agresión' y advirtió que en el caso de que Rusia interviniese, Italia permanecería neutral.
Turquía pidió abiertamente entrada en la Triple Alianza, con Alemania, Austria-Hungría e Italia.
El ejército alemán cancela los francos de los oficiales.
El Canciller del Exchequer (ministro de economía) David Lloyd George afirma ante el Parlamento británico que las relaciones con el Imperio Alemán “son las mejores en años”.
Caratula del New York times informando del ultimatum austriaco a Serbia