miércoles, 23 de julio de 2014

Trigésima tercera parte (33º envío)
LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL DIA A DIA por Carlos Enrique Fonseca Sánchez

23 DE JULIO 
Este fue un día trascendental para el inicio de la Gran Guerra
Austria acusa al gobierno serbio de conspirar en el asesinato y le envía un ultimátum a las seis de la tarde que debía ser respondido favorablemente en el plazo de 48 horas so pena de declaración de guerra.
El ultimátum exigía a Serbia, entre otras cosas, la eliminación de la sociedad nacionalista Mano Negra, la interrupción de cualquier campaña de desprestigio contra el Imperio austro-húngaro, la participación de la policía austro-húngara en Serbia para investigar el magnicidio y la entrega de los culpables a la justicia imperial para ser juzgados y castigados
Texto del Ultimátum de Austria-Hungría a Serbia
“La historia de los últimos años, y especialmente los acontecimientos dolorosos del 28 de junio, han demostrado la existencia en Serbia de un movimiento subversivo cuyo fin es separar de la Monarquía austro-húngara algunas partes de sus territorios. Este movimiento, que ha ido creciendo ante los ojos del Gobierno serbio, ha llegado a manifestarse más allá del territorio del reino con actos de terrorismo, con una serie de atentados y de muertes (...)
El gobierno Real serbio debe comprometerse:
1. A suprimir toda publicación que incite al odio y al desprecio de la Monarquía (...).
2. A disolver inmediatamente la sociedad llamada “Narodna Odbrana” (Mano Negra)y a confiscar todos sus medios de propaganda (...).
3. A eliminar sin demora de la instrucción pública en Serbia (...) todo lo que sirva o pueda servir para fomentar la propaganda contra Austria-Hungría.
4. A separar del servicio militar y de la administración a todos los oficiales y funcionarios culpables de la propaganda contra la Monarquía austro-húngara, de los cuales el Gobierno imperial y real se reserva el comunicar los nombres y los hechos al Gobierno real (...)
6.A abrir una encuesta judicial contra los participantes en el complot del 28 de junio que se encuentran en territorio serbio. Los órganos delegados por el gobierno Imperial y real tomarán parte en las investigaciones correspondientes
8. A impedir el concurso de las autoridades serbias en el tráfico ilegal de armas y de explosivos a través de la frontera (...) El Gobierno imperial y real espera la respuesta del Gobierno real lo más tarde hasta el sábado 25 de este mes, a las cinco horas de la tarde.”
Comunicado de 23 de julio de 1914.
Este ultimátum fue entregado por el embajador austriaco en Belgrado von Giesl a las 6 de la tarde, al encargado del gobierno serbio ante la ausencia de Pasich, el ministro de hacienda. A las 8 de la noche toda la ciudad lo sabe y los rumores dicen: ”Austria quiere acabar con nosotros” en medio de la inquietud general.
El tono de la nota sorprende al gobierno serbio, que esperaba que Alemania moderara a los austro-húngaros.
El canciller alemán Bethmann-Hollweg escribe una circular a su embajador alemán en Viena diciendo "que la acción y demandas de Austria-Hungría estaban plenamente justificadas".
El momento de presentación del Ultimatum estuvo bien escogido porque muchos líderes estaban ausentes de sus puestos de trabajo: el Primer Ministro serbio Pasich en campaña electoral, el Kaiser alemán en Noruega, Poincare y Viviani en altamar de regreso de Rusia, Shebeko (Embajador de Rusia en Viena), Goschen (embajador británico en Berlín).
Termina la visita de la misión francesa en san Petersburgo renovándose los Pactos de Alianza Franco-Rusa, saliendo de San Petersburgo y su comitiva por barco.Esto limita severamente su conocimiento de la situación y del rápido desarrollo de los acontecimientos.
En Francia, el diputado y líder socialista Jean Jaurès se distanció de la ola chauvinista que crecía y en su discurso en Lyon, el 23 de julio de 1914, culpó de la «situación terrible» a «la política colonial de Francia, la política hipócrita de Rusia y la brutal voluntad de Austria». Llamó a los obreros de todos los países que estaban al borde de enfrentarse en la guerra a unirse para alejar «la horrible pesadilla».
El ministro italiano Di San Giuliano irritado porque “su aliado” Austria no le consultó sobre esto, consideró el ultimátum como un 'acto de agresión' y advirtió que en el caso de que Rusia interviniese, Italia permanecería neutral.
Turquía pidió abiertamente entrada en la Triple Alianza, con Alemania, Austria-Hungría e Italia.
El ejército alemán cancela los francos de los oficiales.
El Canciller del Exchequer (ministro de economía) David Lloyd George afirma ante el Parlamento británico que las relaciones con el Imperio Alemán “son las mejores en años”.
Caratula del New York times informando del ultimatum austriaco a Serbia

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