miércoles, 30 de julio de 2014

Cuadragésima  parte  (40º envío)
LA  PRIMERA  GUERRA  MUNDIAL  DIA  A  DIA  por Carlos Enrique Fonseca Sánchez
30 DE JULIO       
Fue el día de las movilizaciones militares y se dieron así:
A la 1 de la madrugada el káiser Guillermo telegrafía al zar Nicolás haciéndole un llamado por los peligros y  consecuencias que llevaría la movilización rusa. El zar de Rusia contesta proponiendo a Alemania a las 2 am detener la movilización si Austria eliminaría las cláusulas en el Ultimátum que perjudicaban la soberanía de Serbia. La “última oportunidad” de paz.
El diario Lokal Anzeiger de Berlín anuncia la movilización alemana. Desmentida oficialmente por el secretario von Jagow, después de un  tiempo permitido para que el Embajador de Rusia se conecte con San Petersburgo y la aclare. Alemania envía cables sobre esto a Viena, pero no recibe contestación a la propuesta de "última oportunidad" de Rusia. Rusia se entera de la movilización general austríaca. El Kaiser Guillermo tiene esperanzas de influir en Austria, para que acepte la propuesta británica, pero su gobierno está muy nervioso y se niega a modificar la nota.
El Príncipe Enrique de Prusia envía un cable al rey George V de Gran Bretaña  pidiéndole que asegure la neutralidad de Francia y Rusia. El rey dice que está tratando de persuadirlos para que cesen los aprestos militares, si Austria no va más allá de Belgrado.
El káiser Francisco José regresa del balneario de Ischl a Viena y de ahí se prepara a viajar a Budapest. El gobierno informa que la movilización total estará lista entre el 2 y 3 de agosto.
Las tropas francesas se retiran a 10 km de la frontera alemana, lo que los alemanes toman cono signo de debilidad, pro que era para asegurar sus posiciones.
En Budapest se enteran de la noticia de la movilización austriaca
En tanto, Sir Edward Grey a nombre del gobierno británico rechaza esas proposiciones alemanas del 29 de julio, calificándolas de “vergonzosas” y de "Infame propuesta" lo propuesto por Bethmann-Hollweg, pero sigue manteniendo su postura pacifista. Discurso del Primer ministro Asquith en cámara de los comunes informando de la crisis europea y del aplazamiento del Home Rule para Irlanda.
El jefe del Estado Mayor alemán general Von Moltke interviene ante su colega austríaco Conrad von Hotzendorff y lo presiona para que decrete la movilización general, al tiempo que se opone a los repetidos intentos de mediación del canciller alemán Bethmann Hollweg, cuya actitud está mediatizada por el temor a la intervención inglesa en el conflicto. El desacuerdo entre von Moltke y Bethmann Hollweg refleja las disensiones existentes en Alemania entre los jefes militares y los políticos.
Rusia hace intentos para atraer a Rumania al bando aliado para entrar en el conflicto, prometiéndoles la Transilvania que retenía Austria-Hungría; pero es bloqueado por el sentimiento pro alemán del rey Carol I de Rumania. Carol había nacido como príncipe alemán de la familia Hohenzollern-Sigmaringen, emparentada con la del káiser alemán.
El rey Carol I de Rumania
España declara la neutralidad en el conflicto, pero en la corte del rey Alfonso XIII surgen los conflictos entre la Reina Madre María Cristina (austriaca de nacimiento y prima del káiser Francisco José), y la Reina Victoria Eugenia (inglesa de nacimiento y nieta de la fallecida reina Victoria) que tratan de influir en la opinión del Rey.
El presidente Poincaré fracasa en obtener de Gran Bretaña garantías públicas de su apoyo a Francia, como forma de desalentar un ataque alemán. Francia recordó a Inglaterra el compromiso diplomático asumido entre ambas en 1912, luego del incidente de Agadir, de consultarse mutuamente en caso de verse amenazada la paz europea. Esto implicaba coordinar operaciones conjuntas; pero los ingleses dieron respuestas vagas al respecto.
A pesar que en los medios diplomáticos el ministro de asuntos exteriores ruso Sazonov aseguraba que no se estaban realizando ningún tipo de movimientos, en la Corte si estaban en tratativas, hasta que finalmente el Zar Nicolás II a las 18.00 pm. a pedido de sus ministros (Sazonov y Sukhomlikov) y militares (Yanushkevich) ordenó la movilización general de su ejército y de la armada, -a pesar de la reanudación de las conversaciones ruso-austríacas- , lo que conllevaba el despliegue de los ejércitos a las fronteras y que inevitablemente conducía a la guerra. Rusia dio ese paso frente a la presión francesa que buscaba frenar a los alemanes. El primero que tomaba la decisión de comenzar las hostilidades gozaba de una enorme ventaja estratégica, pero en el caso de Rusia el atraso administrativo y las inmensas distancias que tenían que salvar sus tropas, la situaban en una posición de gran desventaja frente a Alemania, “mucho más compacta y mejor organizada”, que además utilizo el argumento de ser la nación agredida por la movilización rusa.
El Zar tenía la idea de que cuando ocurrían grandes acontecimientos, ´´él como el “gran padre de la Patria” debía encabezar personalmente sus ejércitos, pero tanto los jefes militares como las autoridades políticas del imperio se pronunciaron en contra. Ya que con excepción de Pedro el Grande, los soberanos no eran paladines, y su participación en diferentes conflictos habían terminado en duros fracasos. Con esto, el cargo de jefe supremo de los ejércitos recayó en el Gran Duque Nikolai Nikolaevich, tío segundo del emperador, muy popular en los círculos militares, y que según la opinión de la mayoría, poseía dotes evidentes de líder.
Al conocerse ello en Berlín, los altos jefes del ejército y marina piden que Alemania declare la guerra a Rusia, entendiendo que no cabía "esperar a 1917" para ello, pues sería preciso derrotar a las tropas rusas antes que completen su plan de rearme en unos pocos años.
Al decretar la movilización general el Zar, hace inevitable la guerra general porque dio el pretexto para la movilización alemana y, por ende a la francesa. El Conde Ignatiev, agregado militar ruso en París, informa a sus superiores del "indisimulable deleite" de los mandos militares franceses ante la posibilidad de enfrentar a Alemania en una situación que creen ventajosa. El embajador belga reporta a su gobierno la misma sensación.
Francia comienza preparativos militares pero garantiza a Gran Bretaña que no atacará primero, mientras este país advierte privadamente a Alemania que no abandonará a Francia a su suerte. Ante esta certeza, Bethmann-Hollweg hace un intento por incitar al gobierno de Viena a aceptar la propuesta británica de mediación, advirtiendo que se ha alcanzado un punto de no retorno, dado que ni Rusia detendrá su movilización mientras Serbia esté siendo invadida por Austria-Hungría, ni esta última detendrá la invasión mientras Rusia haya ordenado su movilización.
Por entonces en Paris, San Petersburgo y Londres se criticaba la postura belicista que había adoptado Alemania saboteando de alguna manera la mediación de varios gobiernos.
En Serbia, los austriacos inician un violento bombardeo en la zona fronteriza de Novi-Bazar, región del Sandžak, tan ambicionado por Austria y cuya posesión fue quizá una de las causas determinantes de la guerra, pues dicha zona era el camino natural de Austria hacia Salónica en el mar Egeo. Belgrado es nuevamente bombardeada por 4 monitores austriacos desde el rio Danubio, provocando la huida al interior de la población civil y también de la guarnición militar, ocupando la capital fuerzas austriacas. Combates en Smedernero a orillas del rio Save.
También en ese mismo día las bandas de guerrilleros serbios intentaron un golpe de mano sobre la frontera de Bosnia, por Kuka y el norte de Privoi, para destruir líneas del tren y de telégrafos, pero fueron rechazados por fuerzas austriacas. No contentos, los guerrilleros serbios regresaron en mayor número, trabando combate con los austriacos en Ciovi, pero también esta vez hubieron de retirarse totalmente batidos por los imperiales.
Salen informaciones periodísticas que señalan que la camarilla militar austríaca, de acuerdo con la alemana, había puesto en marcha sus planes de guerra con anterioridad al asesinato de Francisco Fernando en Sarajevo. Dicen que todo estaba planeado por los círculos belicistas.

Según el historiador británico HP Wilmott, indica que Guillermo II declaró: "La crueldad y la debilidad iniciará la guerra más terrible del mundo, cuyo propósito es destruir a Alemania. Porque ya no puede haber dudas, Inglaterra, Francia y Rusia que han conspirado juntos para luchar una guerra de aniquilación contra nosotros".

El ejercito alemán desfila en Berlin

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