Cuadragésima parte
(40º envío)
LA PRIMERA
GUERRA MUNDIAL DIA A DIA
por Carlos Enrique Fonseca Sánchez
30 DE JULIO
Fue el día de las
movilizaciones militares y se dieron así:
A la 1 de la
madrugada el káiser Guillermo telegrafía al zar Nicolás haciéndole un llamado
por los peligros y consecuencias que
llevaría la movilización rusa. El zar de Rusia contesta proponiendo a Alemania
a las 2 am detener la movilización si Austria eliminaría las cláusulas en el Ultimátum
que perjudicaban la soberanía de Serbia. La “última oportunidad” de paz.
El diario Lokal
Anzeiger de Berlín anuncia la movilización alemana. Desmentida oficialmente por
el secretario von Jagow, después de un
tiempo permitido para que el Embajador de Rusia se conecte con San
Petersburgo y la aclare. Alemania envía cables sobre esto a Viena, pero no
recibe contestación a la propuesta de "última oportunidad" de Rusia.
Rusia se entera de la movilización general austríaca. El Kaiser Guillermo tiene
esperanzas de influir en Austria, para que acepte la propuesta británica, pero
su gobierno está muy nervioso y se niega a modificar la nota.
El Príncipe
Enrique de Prusia envía un cable al rey George V de Gran Bretaña pidiéndole que asegure la neutralidad de
Francia y Rusia. El rey dice que está tratando de persuadirlos para que cesen
los aprestos militares, si Austria no va más allá de Belgrado.
El káiser Francisco
José regresa del balneario de Ischl a Viena y de ahí se prepara a viajar a
Budapest. El gobierno informa que la movilización total estará lista entre el 2
y 3 de agosto.
Las tropas
francesas se retiran a 10 km de la frontera alemana, lo que los alemanes toman
cono signo de debilidad, pro que era para asegurar sus posiciones.
En Budapest se enteran de la noticia de la movilización austriaca |
En tanto, Sir
Edward Grey a nombre del gobierno británico rechaza esas proposiciones alemanas
del 29 de julio, calificándolas de “vergonzosas” y de "Infame
propuesta" lo propuesto por Bethmann-Hollweg, pero sigue manteniendo su
postura pacifista. Discurso del Primer ministro Asquith en cámara de los
comunes informando de la crisis europea y del aplazamiento del Home Rule para
Irlanda.
El jefe del
Estado Mayor alemán general Von Moltke interviene ante su colega austríaco
Conrad von Hotzendorff y lo presiona para que decrete la movilización general,
al tiempo que se opone a los repetidos intentos de mediación del canciller
alemán Bethmann Hollweg, cuya actitud está mediatizada por el temor a la
intervención inglesa en el conflicto. El desacuerdo entre von Moltke y Bethmann
Hollweg refleja las disensiones existentes en Alemania entre los jefes
militares y los políticos.
Rusia hace
intentos para atraer a Rumania al bando aliado para entrar en el conflicto, prometiéndoles
la Transilvania que retenía Austria-Hungría; pero es bloqueado por el sentimiento
pro alemán del rey Carol I de Rumania. Carol había nacido como príncipe alemán de
la familia Hohenzollern-Sigmaringen, emparentada con la del káiser alemán.
El rey Carol I de Rumania |
España declara la
neutralidad en el conflicto, pero en la corte del rey Alfonso XIII surgen los
conflictos entre la Reina Madre María Cristina (austriaca de nacimiento y prima
del káiser Francisco José), y la Reina Victoria Eugenia (inglesa de nacimiento
y nieta de la fallecida reina Victoria) que tratan de influir en la opinión del
Rey.
El presidente
Poincaré fracasa en obtener de Gran Bretaña garantías públicas de su apoyo a
Francia, como forma de desalentar un ataque alemán. Francia recordó a
Inglaterra el compromiso diplomático asumido entre ambas en 1912, luego del
incidente de Agadir, de consultarse mutuamente en caso de verse amenazada la
paz europea. Esto implicaba coordinar operaciones conjuntas; pero los ingleses
dieron respuestas vagas al respecto.
A pesar que en
los medios diplomáticos el ministro de asuntos exteriores ruso Sazonov
aseguraba que no se estaban realizando ningún tipo de movimientos, en la Corte
si estaban en tratativas, hasta que finalmente el Zar Nicolás II a las 18.00 pm.
a pedido de sus ministros (Sazonov y Sukhomlikov) y militares (Yanushkevich)
ordenó la movilización general de su ejército y de la armada, -a pesar de la
reanudación de las conversaciones ruso-austríacas- , lo que conllevaba el
despliegue de los ejércitos a las fronteras y que inevitablemente conducía a la
guerra. Rusia dio ese paso frente a la presión francesa que buscaba frenar a
los alemanes. El primero que tomaba la decisión de comenzar las hostilidades
gozaba de una enorme ventaja estratégica, pero en el caso de Rusia el atraso
administrativo y las inmensas distancias que tenían que salvar sus tropas, la
situaban en una posición de gran desventaja frente a Alemania, “mucho más
compacta y mejor organizada”, que además utilizo el argumento de ser la nación
agredida por la movilización rusa.
El Zar tenía la
idea de que cuando ocurrían grandes acontecimientos, ´´él como el “gran padre
de la Patria” debía encabezar personalmente sus ejércitos, pero tanto los jefes
militares como las autoridades políticas del imperio se pronunciaron en contra.
Ya que con excepción de Pedro el Grande, los soberanos no eran paladines, y su
participación en diferentes conflictos habían terminado en duros fracasos. Con
esto, el cargo de jefe supremo de los ejércitos recayó en el Gran Duque Nikolai
Nikolaevich, tío segundo del emperador, muy popular en los círculos militares,
y que según la opinión de la mayoría, poseía dotes evidentes de líder.
Al conocerse ello
en Berlín, los altos jefes del ejército y marina piden que Alemania declare la
guerra a Rusia, entendiendo que no cabía "esperar a 1917" para ello,
pues sería preciso derrotar a las tropas rusas antes que completen su plan de
rearme en unos pocos años.
Al decretar la movilización
general el Zar, hace inevitable la guerra general porque dio el pretexto para
la movilización alemana y, por ende a la francesa. El Conde Ignatiev, agregado
militar ruso en París, informa a sus superiores del "indisimulable
deleite" de los mandos militares franceses ante la posibilidad de
enfrentar a Alemania en una situación que creen ventajosa. El embajador belga
reporta a su gobierno la misma sensación.
Francia comienza
preparativos militares pero garantiza a Gran Bretaña que no atacará primero,
mientras este país advierte privadamente a Alemania que no abandonará a Francia
a su suerte. Ante esta certeza, Bethmann-Hollweg hace un intento por incitar al
gobierno de Viena a aceptar la propuesta británica de mediación, advirtiendo
que se ha alcanzado un punto de no retorno, dado que ni Rusia detendrá su
movilización mientras Serbia esté siendo invadida por Austria-Hungría, ni esta
última detendrá la invasión mientras Rusia haya ordenado su movilización.
Por entonces en
Paris, San Petersburgo y Londres se criticaba la postura belicista que había adoptado
Alemania saboteando de alguna manera la mediación de varios gobiernos.
En Serbia, los
austriacos inician un violento bombardeo en la zona fronteriza de Novi-Bazar,
región del Sandžak, tan ambicionado por Austria y cuya posesión fue quizá una
de las causas determinantes de la guerra, pues dicha zona era el camino natural
de Austria hacia Salónica en el mar Egeo. Belgrado es nuevamente bombardeada
por 4 monitores austriacos desde el rio Danubio, provocando la huida al
interior de la población civil y también de la guarnición militar, ocupando la
capital fuerzas austriacas. Combates en Smedernero a orillas del rio Save.
También en ese
mismo día las bandas de guerrilleros serbios intentaron un golpe de mano sobre
la frontera de Bosnia, por Kuka y el norte de Privoi, para destruir líneas del
tren y de telégrafos, pero fueron rechazados por fuerzas austriacas. No
contentos, los guerrilleros serbios regresaron en mayor número, trabando
combate con los austriacos en Ciovi, pero también esta vez hubieron de retirarse
totalmente batidos por los imperiales.
Salen
informaciones periodísticas que señalan que la camarilla militar austríaca, de
acuerdo con la alemana, había puesto en marcha sus planes de guerra con
anterioridad al asesinato de Francisco Fernando en Sarajevo. Dicen que todo
estaba planeado por los círculos belicistas.
Según el
historiador británico HP Wilmott, indica que Guillermo II declaró: "La
crueldad y la debilidad iniciará la guerra más terrible del mundo, cuyo
propósito es destruir a Alemania. Porque ya no puede haber dudas, Inglaterra,
Francia y Rusia que han conspirado juntos para luchar una guerra de
aniquilación contra nosotros".
El ejercito alemán desfila en Berlin |
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