En pocos días para ser más exactos el sábado 28 de junio, se cumplen 100 años del asesinato del archiduque Francisco Fernando, heredero al trono austriaco por un joven extremista serbio-bosnio, esta fecha tan trascendental que marcó el inicio de la Primera Guerra mundial, no es motivo para ninguna celebración, creo que es para una clave para una jornada de reflexión mundial; para pensar que los objetivos políticos y económicos de los gobiernos no lleven a que la sociedad esté tan descontenta que busque la solución en actitudes tan extremas como el asesinato o el genocidio, sin sospechar en las consecuencias catastróficas para la humanidad que llevarían actos de este tipo, como sucedió hace 100 años.
El hombre como sabemos no ha aprendido de sus errores históricos y lo demuestra, todavía vivimos en sociedades divididas en todo, donde la división de clases, el racismo, la desigualdad en la distribución de la riqueza, la corrupción, el individualismo, etc., sin hablar de la prensa farandulera, el patrioterismo (que muchos líderes siempre buscan crear), que solo han servido para alejar a las personas entre si y de los problemas reales. Es decir todos los antivalores se siguen manteniendo como el eje de la vida humana.
Pero regresando a lo importante, la Cronología de la Primera Guerra Mundial; en estos días previos hace 100 años el mundo exaltado por los nacionalismos belicistas en Europa, vivió lo siguiente:
Los aprestos de los conspiradores de la Mano negra, eran conocidos en muchos sectores de los gobiernos serbio y ruso, los cuales habían decido no intervenir directamente sino ver como se desarrollaban los hechos. Interiormente tanto Rusia y Serbia como Alemania, Italia y Francia deseaban la guerra que iba a supuestamente resolver sus problemas inconclusos (recuperación de territorios perdidos, unificación de población, predominio mundial, dominio de los mercados comerciales, etc), así el 18 de junio, llega a la embajada serbia en Viena, un telegrama, carente de detalles que alarma al embajador Jovan Jovanović, el cual se ve obligado a avisar al gobierno austro-húngaro de que en Serbia se tenía razones para creer que había una conspiración en curso para asesinar al archiduque y heredero Francisco Fernando en Bosnia. Pero el gobierno austriaco no ve en eso ninguna novedad, ellos sabían de la antipatía al imperio de los serbios.
20 de junio, en Francia, el primer ministro Viviani propone al Congreso un nuevo empréstito de 805 millones de francos, de los cuales 600 millones se destinan a gastos extraordinarios de defensa nacional y el resto a la pacificación de Marruecos. Es decir mantener la carrera armamentista. Antes en marzo, el gobierno ruso había pedido a Francia garantizar ante los bancos de París, un empréstito de 8’221.000 de francos con el animo de no detener sus planes armamentistas frente a Alemania y Austria
21 de Junio, en la corte de Viena, el embajador serbio Jovanović se reúne con el ministro de Finanzas austro-húngaro Leon Bilinski. Según el coronel Lesanin, militar serbio adjunto en Viena, Jovanović «... destacó, en términos generales, los riesgos que corría el archiduque heredero con la inflamada opinión pública en Bosnia y en Serbia. Podría ocurrirle alguna desgracia. Su viaje (a Bosnia a presenciar unas maniobras militares) podría causar incidentes y manifestaciones que Serbia censuraría, pero tendrían una repercusión fatal en las relaciones austro-serbias». Al final de la reunión, el embajador declaró a Lesanin que «... Bilinski pareció no atribuir ninguna importancia al mensaje y lo dispensó, limitándose a agradecer su presencia y a despedirse diciendo: "Esperemos que no pase nada"».
En Alemania, el ambiente prebélico se percibia en todos lados, un artículo en el diario alemán Die Post (del 24 de febrero de 1914) decía lo siguiente:
"Francia no está aún preparada para el combate. Inglaterra se enfrenta con dificultades interiores y coloniales. Rusia rechaza la guerra, porque teme la revolución interior. ¿Vamos a esperar a que nuestros adversarios estén preparados o debemos aprovecharnos del momento favorable para provocar la decisión? Esta es la grave cuestión que hay que zanjar.
El ejército austríaco es aún fiel y útil. Italia está todavía firmemente ligada a la Triple Alianza e incluso si prefiere (...) mantener la paz para restañar las heridas de la última guerra, sabe (...) que si Alemania es derrotada, quedará sin remedio a merced de la violencia de Francia e Inglaterra y perderá su posición independiente en el Mediterráneo (...) Podemos igualmente contar llegado el caso con Turquía y Rumania (...) Podríamos tener la dirección de la política europea mediante una ofensiva resuelta, y podríamos asegurar nuestro porvenir.
Esto no quiere decir que debamos provocar la guerra; pero allá donde se manifieste un conflicto de intereses (...) no debemos retroceder, si no solucionarlo mediante la guerra y comenzarla con una ofensiva resuelta, poco importa el pretexto, porque no se trata de ese conflicto, sino de nuestro porvenir, lo que está en juego."
Los archiduques Francisco Fernando y Sofia de Austria |
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