Trigésima primera
parte (31º envío)
LA PRIMERA
GUERRA MUNDIAL DIA A DIA por
Carlos Enrique Fonseca Sánchez
21 DE JULIO
La crisis europea
cada día se hacía peor, con el gobierno alemán presionando al Austro-húngaro
para que tome medidas inmediatas contra Serbia, mientras Rusia manifestaba su
incondicional apoyo a Serbia y amenazaba a Austria-Hungria con la guerra si
esta atacaba a los serbios; en tanto, la prensa vienesa insultaba de todas las formas
posibles a los serbios a los cuales llamaba “Chusma de bandidos y asesinos”, “ladrones
de carneros” o “pueblo de piojosos”, sin que la prensa de Belgrado se amilane y
lanzara peores insultos; en Paris la gente clamaba la revancha contra Alemania
exigiendo la recuperación de las provincias de Alsacia y Lorena perdidas tras la
guerra de 1871. En Alemania, pueblo y gobierno se consideraban como la nación más
civilizada del mundo y creían que ya era el momento de que se impusieran a Gran
Bretaña y Francia en el dominio de los mercados y recursos mundiales. En Rusia,
el gobierno del zar era muy criticado por las clases obreras y los socialistas,
pero el sentimiento anti alemán del pueblo así como el enorme respeto que la
gente tenía por él, hacía que su gobierno autocrático mantuviera su poder.
Bueno los hechos
de hoy 21 de julio fueron:
El Canciller
austriaco Berchtold visitó a Francisco José en el balneario Bad Ischl para que
aprobara el ultimátum que pensaba dirigir a Serbia. Dicho ultimátum, aprobado
por el Consejo de Ministros estaba redactado de manera deliberada en términos
inaceptables para Serbia. Acusaba directamente al gobierno de Belgrado de
apoyar el movimiento nacionalista anti austriaco y el terrorismo, de planear el
magnicidio de Sarajevo y haber proporcionado las armas para cometerlo. Exigía
una condena oficial del terrorismo separatista, un compromiso colaboración con
la policia imperial austriaca en la represión de los movimientos
antimonárquicos y la participación de funcionarios austríacos en la
investigación del atentado. El emperador Franciscoz Jose aprueba la nota a
Serbia "sin" modificaciones.
Ante el revuelo
italiano por el Ultimatum que sabían se enviaría a Belgrado, el embajador
austríaco Merey recibió órdenes de seguir en las vaguedades con el gobierno de Italia,
aunque comunicó al ministro di San Giuliano que, a pesar, del lenguaje firme
contra Serbia, se intentaría encontrar una vía pacífica al asunto. Di San Giuliano no creyendo esto y sospechando
lo peor preguntó al embajador si podía informar a la prensa italiana de que
Austria no buscaba, en ningún caso, anexión territorial alguna, a lo que Merey
se negó en redondo.
En San
Petersburgo, la policía rusa detiene a líderes obreros en huelga, en la oficina
del periódico Pravda y cierra sus prensas.
El Embajador de
Francia en Berlín informó a París de los primeros pasos hacia la movilización
alemana.
El embajador austriaco
en Berlín, entrega al encargado del gobierno alemán, el secretario von Jagow el
texto del ultimátum Austro-Húngaro a Serbia. Este al leerlo exclama: “¡Esto es
muy fuerte!” y el embajador responde: “Si, pero ya no tiene remedio, mañana lo
entregaran en Belgrado”.
El presidente
francés Poincaré, en San Petersburgo, advierte al embajador austrohúngaro que
“el pueblo ruso es un cálido amigo de los serbios, y Francia es el aliado de
Rusia”. Durante una recepción en la legación francesa, un funcionario del
ministerio de defensa frances propone un brindis "por la próxima guerra y
por la victoria segura".
Mientras tanto,
el confiado primer ministro serbio Pansic sale de Belgrado en gira de campaña
electoral hasta el 24.
Kaiser Wilhem II und Franz Josef 1914 |
caricatura sobre las alianzas militares |
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