Trigésima novena
parte (39º envío)
LA PRIMERA
GUERRA MUNDIAL DIA A DIA
por Carlos Enrique Fonseca Sánchez
29 DE JULIO
En la madrugada
el Zar Nicolás II de Rusia telegrafió a Guillermo II de Alemania “urgiéndole a
buscar una solución a los malentendidos y a los movimientos peligrosos entorno
a la crisis de los Balcanes”. (Blogspot: la gran guerra 1914-1918.html). A la
una de la tarde telegrafía de nuevo al káiser en la que le pide que interceda
ante las presiones de Austria porque si no lo hace, el pronto va a tener
medidas que conducirán a la guerra. A las 6:30 de la tarde contesta Guillermo
defendiendo la posición austriaca, pidiéndole que Rusia sea solo espectador en
la guerra austro-serbia.
Gran Bretaña
exige la mediación internacional para resolver la crisis empeore. Sir Edward
Grey hizo un último esfuerzo, proponiendo que Austria se limitara a una
expedición punitiva contra Serbia, comprometiéndose a detener su avance en un
punto convenido para luego someter la cuestión a una conferencia de las
potencias. Austria y Rusia aceptaron.
Rusia insta a
moderación al gobierno alemán y temiendo el debacle serbio los rusos inician la
movilización parcial de tropas en la frontera austro-húngara como medida de
precaución, avisando a Alemania que esta era una medida de precaución contra
Austria y que estaba dirigida contra ella. Cuando Alemania recibe estas
noticias advierte a Rusia que su movilización parcial amenazaría la paz con
Alemania e inicia preparativos para movilizarse. Rusia decidió finalmente
movilización general y Alemania hace lo mismo. Gran Bretaña presiona a los
alemanes a aceptar la mediación, pero advierte que no podía soportar todo en
estas circunstancias.
El gobierno ruso
encarga al general Dobrorolsky la movilización y señala que Nicolás II sería el
comandante en jefe supremo ruso pero no previno problemas de cooperación y
coordinación civil-militar.
El embajador
francés en San Petersburgo Paléologue, aseguró otra vez el apoyo de Francia a
Rusia.
La flota
británica (Royal Navy) concentra unos 29 acorazados y 13 cruceros en su base en
Portland suspendiendo el cruce del estrecho
de Dover para realizar maniobras en el Mar del Norte.
La prensa
austriaca publica, en muchos casos ocupando toda su primera página, un
manifiesto del Emperador, titulado “A mis pueblos” en el que Francisco José se
refería a las repetidas muestras de "hostilidad, odio e ingratitud"
del Reino de Serbia contra su persona y su corona y decía :
“En esta hora grave soy totalmente consciente de
todas las consecuencias de mi decisión ante Dios Todopoderoso. Lo he
considerado y examinado todo. Con mi conciencia tranquila me dirijo hacia el
camino que mi deber me obliga (…) Confío que Dios Todopoderoso ayudará a mis
armas a conseguir la victoria”.
En Alemania, las
manifestaciones patriotas se dan en varias ciudades pero provoca un pánico
financiero cuando la gente retira sus ahorros de los bancos y estos no tienen
como pagar. El canciller llama a Sudekum, uno de los líderes socialistas para
pedir la cooperación de su partido y este tras conversar con sus bases le
contesto que no organizarían ningún tipo de huelgas.
Manifestación en Berlin apoyando a Austria y a su gobierno |
En Francia, el
presidente Poincare, su premier Viviani y su comitiva llegan a Dunkerke y
viajan por tren a Paris siendo muy bien recibidos por la población, poniéndose
de inmediato al corriente de los asuntos de estado, en tanto los socialistas
encabezados por el diputado Jean Jaurés convocan a una huelga general en Europa
para impedir el conflicto. Pero por la guerra que se avecina la gente ha
empezado a sacar sus ahorros de los bancos y los movimientos de la bolsa de
valores de Paris han caído fuertemente como era de esperarse.
En actos que solo
demostraron la falsedad de la diplomacia de entonces, el Zar Nicolas II viendo
lo que se venía, en la noche telegrafía a su primo el káiser Wilhelm II para
decirle que no se preocupase, “que la
movilización parcial emprendida 5 días antes sólo respondía a medidas
preventivas”. La noticia en Berlín sólo confirmó las peores sospechas. Los
servicios de inteligencia ya habían advertido de movimientos serios en la
frontera. Alemania promulgó la Kriegsgefahrzustand,
es decir la declaración de peligro inminente de guerra.
El gobierno
alemán indica al gobierno británico, que si Gran Bretaña se mantenía neutral,
se respetaría la neutralidad de Holanda y se garantizaría la independencia de
Bélgica siempre que esta no se declarara contra Alemania. Además, prometía no
anexarse territorio francés. Todo lo cual fue correctamente entendido en el
sentido de que Alemania no se comprometía a respetar la neutralidad belga, ni a
no anexarse colonias francesas.
En Bruselas
(Bélgica) tuvo lugar la última reunión pacifista, La Junta Internacional socialista
pide a todos los socialistas de los estados amenazados por la guerra que se
manifiesten con vigorosas demostraciones y que ejerzan sobre sus gobiernos “una
presión más enérgica que nunca” en favor de la paz. Los sindicatos y los
partidos obreros se opusieron al conflicto porque consideraban que era una
guerra puramente comercial y que los trabajadores no tenían nada que ganar en
ella y todo para perder; pero este llamado termino en el fracaso del socialismo
en su intento de parar la guerra, ya que el pueblo la pedía a gritos.
La Internacional
Socialista se reunió en Bruselas para preparar el congreso que tenía previsto
celebrar en Viena en unas semanas. El austríaco Adler cree inevitable la guerra
y rechaza oponerse a ella; los alemanes Kautsky y Haase y la polaca Rosa
Luxemburgo se manifiestan por evitarla a toda costa; el francés Jaurès sostiene
que cada partido socialista afiliado debe bloquear la asignación presupuestaria
para el conflicto en su respectivo país. Por sugerencia suya (Jaurès creía
“imposible” que la situación degenerase en una guerra general) se posterga la
definición de una postura común hasta un encuentro previsto para el 9 de agosto
en París, que en definitiva nunca se produjo.
En Gran Bretaña la
izquierda y los sindicatos eran antibelicistas y la derecha formada por
liberales y conservadores, era pro bélica. Los diarios más vendidos el “Daily Mail” y “The
Times” eran de propiedad de lord Northcliffe y profundamente anti alemanes, uno
de sus mas conocidos periodistas era HG Wells.
“En el verano de
1914 fallaron todos los principios y medios antibelicistas que el socialismo
había discutido. Conviene tener en cuenta que detrás de las grandes
declaraciones y manifiestos había no pocas tensiones en el seno del socialismo
europeo, como se había puesto de manifiesto en los debates sobre la huelga
general y el colonialismo. La derecha del SPD (socialismo alemán) era
marcadamente nacionalista. En el socialismo francés había, también defensores
de una guerra defensiva. Pero no todo debe ser achacado a los dirigentes
socialistas. Frente a estas protestas, los gobiernos lanzaron fuertes campañas
de propaganda patriótica con la intención de que la gente viera en la guerra una
causa nacional. Esto despertó un gran fervor nacionalista que se iría apagando
a lo largo de los cuatro años del conflicto más sangriento de la historia hasta
ese momento. El exacerbado patriotismo había calado profundamente entre la población
de los países europeos gracias a la intensa propaganda desarrollada durante
muchos años. La guerra se convirtió en un medio que podía emplearse para
defenderse del enemigo que pretendía expansionarse, ya fuese, alemán, francés o
eslavo” (“Los socialistas ante la guerra”. Por Eduardo Montagut Contreras.
www.Losojos deHipatia. 15/Enero/2014)
El canciller
austriaco Berchtold presiona a los alemanes a ordenar la movilización de su
ejército, con la idea de que esto obligará a Rusia a retroceder, como en la
crisis de 1909 sobre Bosnia. El general alemán Von Moltke advierte a su
canciller Bethmann-Hollweg que Austria-Hungría no puede ir a la guerra con
Serbia sin ordenar la movilización contra Rusia por razones de seguridad, que
esa movilización hace inevitable una guerra entre ambos imperios, que Alemania
está obligada a movilizarse contra Rusia para garantizar la supervivencia de su
aliada, y que se está perdiendo un tiempo precioso en dejar que Rusia haga el
primer movimiento sólo para justificar la respuesta alemana.
La mayoría de los
miembros del gabinete liberal británico, a pesar de la opinión de Grey y
todavía preocupados por los acontecimientos de Irlanda, se expresan en contra
de la participación en la inminente guerra, aún en caso de invasión alemana a
Bélgica. El embajador alemán en Londres, Príncipe Lichnowsky advierte a su
gobierno que "si la guerra se desata, será la peor catástrofe que el mundo
haya presenciado".
Se inicia la
guerra:
Austria-Hungría
bombardea Belgrado, los cañones de los fuertes de la ciudad austriaca de Semlin
(ciudad que estaba frente a Belgrado) y los de los monitores de la escuadrilla
del Danubio, rompieron el fuego sobre Belgrado, la capital de Serbia. El
bombardeo a la capital serbia aunque no causó muertes, fue una medida más
propagandística que real, desde el punto de vista militar pero provocó muchas
críticas en todas partes, pues, en la ciudad solo había gente indefensa:
mujeres, ancianos y niños ya que el ejército se había retirado al interior.
Monitores austriacos bombardean Belgrado |
El ejército
austro-húngaro lanzó ataques de artillería contra los serbios en el norte y el
noroeste del país y, luego inicio la construcción de un sistema de puentes de
pontones a través de los ríos Sava y Drina. Al iniciarse el avance austriaco,
de una orilla a otra del Danubio se produjeron numerosas escaramuzas, que no
impidieron el avance austriaco. De estas escaramuzas, la más importante se
libró cerca del puente de Semlin.
Después de
sostener fuego durante largo rato ambos ejércitos, fuerzas del V y VI ejército
austriaco se aproximaron al puente sobre el rio Save e intentaron atravesarlo,
pero los serbios volaron el puente, aunque no consiguieron destruirlo por
completo, pues las cañoneras austriacas lograron protegerlo y atacar al enemigo
obligándolo a dejar la orilla opuesta del río. Poco antes de la voladura del
puente que unía Belgrado y Semlin, los serbios habían destruido ya el puente de
barcas cercano al puente de Semlin. La artillería austriaca bombardea el otro
lado de la orilla del Danubio, permitiendo que las fuerzas austriacas se
apoderen de esa parte. Los serbios sabían que era imposible alinear sus fuerzas
en la totalidad de la frontera austro-serbio, que se extendía 340 millas. Por
lo tanto, el Jefe del Estado Mayor General, Radomir Putnik, considerado como un
héroe por haber llevado a los serbios a la victoria en la guerra de los
Balcanes, ordenó que el ejército serbio estableciera una línea tradicional de
defensa en la región boscosa de Sumadija, donde podían moverse rápidamente ya
sea al norte o al oeste.
El ejército
serbio tenía doce divisiones, unos 400.000 hombres, incluyendo las reservas.
Serbia tenía una moderna artillería pero sufría una grave escasez de municiones,
granadas y rifles, con sólo cuatro ametralladoras por regimiento. Varios
destacamentos serbios fueron ubicados en las ciudades de Valjevo y Uice y en
los puestos de avanzada estacionados en todos los puntos importantes de la
frontera. El ejército de Montenegro se pone en contacto con al serbio en
Plesoje. La flota austro-húngara establece el bloqueo al puerto montenegrino de
Antivari en el mar Adriático y el gobierno de Viena ordena la expulsión de
los montenegrinos del Imperio.
Durante las
primeras refriegas entre serbios y austriacos, un grupo de soldados serbios
situados en las cercanías de Belgrado, hizo fuego sobre tres botes que
conducían por el Danubio a ciudadanos austriacos que abandonaban aquella ciudad.
Los fugitivos, sorprendidos y desarmados, perecieron todos, en su mayor parte
ahogados.
Gran Bretaña
ordena la movilización de su flota y advierte a Alemania que no permanecerá
neutral en caso de un ataque a su aliada Francia.
El Káiser y el
Zar continúan con nerviosas negociaciones por telégrafo. A las 11 pm. Nicolás
II, creyendo que aún es posible un acuerdo, rechaza los consejos de sus jefes
militares y anula una orden de movilización total (esto es, también contra
Alemania) emitida minutos antes, remplazándola por una orden de movilización
parcial contra Austria-Hungría, que es fuertemente criticada por el embajador
francés en San Petersburgo.
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