martes, 29 de julio de 2014

Trigésima novena parte  (39º envío)
LA  PRIMERA  GUERRA  MUNDIAL  DIA  A  DIA  por Carlos Enrique Fonseca Sánchez
29 DE JULIO       
En la madrugada el Zar Nicolás II de Rusia telegrafió a Guillermo II de Alemania “urgiéndole a buscar una solución a los malentendidos y a los movimientos peligrosos entorno a la crisis de los Balcanes”. (Blogspot: la gran guerra 1914-1918.html). A la una de la tarde telegrafía de nuevo al káiser en la que le pide que interceda ante las presiones de Austria porque si no lo hace, el pronto va a tener medidas que conducirán a la guerra. A las 6:30 de la tarde contesta Guillermo defendiendo la posición austriaca, pidiéndole que Rusia sea solo espectador en la guerra austro-serbia.
Gran Bretaña exige la mediación internacional para resolver la crisis empeore. Sir Edward Grey hizo un último esfuerzo, proponiendo que Austria se limitara a una expedición punitiva contra Serbia, comprometiéndose a detener su avance en un punto convenido para luego someter la cuestión a una conferencia de las potencias. Austria y Rusia aceptaron.
Rusia insta a moderación al gobierno alemán y temiendo el debacle serbio los rusos inician la movilización parcial de tropas en la frontera austro-húngara como medida de precaución, avisando a Alemania que esta era una medida de precaución contra Austria y que estaba dirigida contra ella. Cuando Alemania recibe estas noticias advierte a Rusia que su movilización parcial amenazaría la paz con Alemania e inicia preparativos para movilizarse. Rusia decidió finalmente movilización general y Alemania hace lo mismo. Gran Bretaña presiona a los alemanes a aceptar la mediación, pero advierte que no podía soportar todo en estas circunstancias.
El gobierno ruso encarga al general Dobrorolsky la movilización y señala que Nicolás II sería el comandante en jefe supremo ruso pero no previno problemas de cooperación y coordinación civil-militar.
El embajador francés en San Petersburgo Paléologue, aseguró otra vez el apoyo de Francia a Rusia.
La flota británica (Royal Navy) concentra unos 29 acorazados y 13 cruceros en su base en Portland  suspendiendo el cruce del estrecho de Dover para realizar maniobras en el Mar del Norte.
La prensa austriaca publica, en muchos casos ocupando toda su primera página, un manifiesto del Emperador, titulado “A mis pueblos” en el que Francisco José se refería a las repetidas muestras de "hostilidad, odio e ingratitud" del Reino de Serbia contra su persona y su corona y decía :
“En esta hora grave soy totalmente consciente de todas las consecuencias de mi decisión ante Dios Todopoderoso. Lo he considerado y examinado todo. Con mi conciencia tranquila me dirijo hacia el camino que mi deber me obliga (…) Confío que Dios Todopoderoso ayudará a mis armas a conseguir la victoria”.
En Alemania, las manifestaciones patriotas se dan en varias ciudades pero provoca un pánico financiero cuando la gente retira sus ahorros de los bancos y estos no tienen como pagar. El canciller llama a Sudekum, uno de los líderes socialistas para pedir la cooperación de su partido y este tras conversar con sus bases le contesto que no organizarían ningún tipo de huelgas.
Manifestación en Berlin apoyando a Austria y a su gobierno
En Francia, el presidente Poincare, su premier Viviani y su comitiva llegan a Dunkerke y viajan por tren a Paris siendo muy bien recibidos por la población, poniéndose de inmediato al corriente de los asuntos de estado, en tanto los socialistas encabezados por el diputado Jean Jaurés convocan a una huelga general en Europa para impedir el conflicto. Pero por la guerra que se avecina la gente ha empezado a sacar sus ahorros de los bancos y los movimientos de la bolsa de valores de Paris han caído fuertemente como era de esperarse.
En actos que solo demostraron la falsedad de la diplomacia de entonces, el Zar Nicolas II viendo lo que se venía, en la noche telegrafía a su primo el káiser Wilhelm II para decirle que no se preocupase, “que la movilización parcial emprendida 5 días antes sólo respondía a medidas preventivas”. La noticia en Berlín sólo confirmó las peores sospechas. Los servicios de inteligencia ya habían advertido de movimientos serios en la frontera. Alemania promulgó la Kriegsgefahrzustand, es decir la declaración de peligro inminente de guerra.
El gobierno alemán indica al gobierno británico, que si Gran Bretaña se mantenía neutral, se respetaría la neutralidad de Holanda y se garantizaría la independencia de Bélgica siempre que esta no se declarara contra Alemania. Además, prometía no anexarse territorio francés. Todo lo cual fue correctamente entendido en el sentido de que Alemania no se comprometía a respetar la neutralidad belga, ni a no anexarse colonias francesas.
En Bruselas (Bélgica) tuvo lugar la última reunión pacifista, La Junta Internacional socialista pide a todos los socialistas de los estados amenazados por la guerra que se manifiesten con vigorosas demostraciones y que ejerzan sobre sus gobiernos “una presión más enérgica que nunca” en favor de la paz. Los sindicatos y los partidos obreros se opusieron al conflicto porque consideraban que era una guerra puramente comercial y que los trabajadores no tenían nada que ganar en ella y todo para perder; pero este llamado termino en el fracaso del socialismo en su intento de parar la guerra, ya que el pueblo la pedía a gritos.
La Internacional Socialista se reunió en Bruselas para preparar el congreso que tenía previsto celebrar en Viena en unas semanas. El austríaco Adler cree inevitable la guerra y rechaza oponerse a ella; los alemanes Kautsky y Haase y la polaca Rosa Luxemburgo se manifiestan por evitarla a toda costa; el francés Jaurès sostiene que cada partido socialista afiliado debe bloquear la asignación presupuestaria para el conflicto en su respectivo país. Por sugerencia suya (Jaurès creía “imposible” que la situación degenerase en una guerra general) se posterga la definición de una postura común hasta un encuentro previsto para el 9 de agosto en París, que en definitiva nunca se produjo.
En Gran Bretaña la izquierda y los sindicatos eran antibelicistas y la derecha formada por liberales y conservadores, era pro bélica. Los diarios más vendidos el “Daily Mail” y “The Times” eran de propiedad de lord Northcliffe y profundamente anti alemanes, uno de sus mas conocidos periodistas era HG Wells.
“En el verano de 1914 fallaron todos los principios y medios antibelicistas que el socialismo había discutido. Conviene tener en cuenta que detrás de las grandes declaraciones y manifiestos había no pocas tensiones en el seno del socialismo europeo, como se había puesto de manifiesto en los debates sobre la huelga general y el colonialismo. La derecha del SPD (socialismo alemán) era marcadamente nacionalista. En el socialismo francés había, también defensores de una guerra defensiva. Pero no todo debe ser achacado a los dirigentes socialistas. Frente a estas protestas, los gobiernos lanzaron fuertes campañas de propaganda patriótica con la intención de que la gente viera en la guerra una causa nacional. Esto despertó un gran fervor nacionalista que se iría apagando a lo largo de los cuatro años del conflicto más sangriento de la historia hasta ese momento. El exacerbado patriotismo había calado profundamente entre la población de los países europeos gracias a la intensa propaganda desarrollada durante muchos años. La guerra se convirtió en un medio que podía emplearse para defenderse del enemigo que pretendía expansionarse, ya fuese, alemán, francés o eslavo” (“Los socialistas ante la guerra”. Por Eduardo Montagut Contreras. www.Losojos deHipatia. 15/Enero/2014)
El canciller austriaco Berchtold presiona a los alemanes a ordenar la movilización de su ejército, con la idea de que esto obligará a Rusia a retroceder, como en la crisis de 1909 sobre Bosnia. El general alemán Von Moltke advierte a su canciller Bethmann-Hollweg que Austria-Hungría no puede ir a la guerra con Serbia sin ordenar la movilización contra Rusia por razones de seguridad, que esa movilización hace inevitable una guerra entre ambos imperios, que Alemania está obligada a movilizarse contra Rusia para garantizar la supervivencia de su aliada, y que se está perdiendo un tiempo precioso en dejar que Rusia haga el primer movimiento sólo para justificar la respuesta alemana.
La mayoría de los miembros del gabinete liberal británico, a pesar de la opinión de Grey y todavía preocupados por los acontecimientos de Irlanda, se expresan en contra de la participación en la inminente guerra, aún en caso de invasión alemana a Bélgica. El embajador alemán en Londres, Príncipe Lichnowsky advierte a su gobierno que "si la guerra se desata, será la peor catástrofe que el mundo haya presenciado".
Se inicia la guerra:
Austria-Hungría bombardea Belgrado, los cañones de los fuertes de la ciudad austriaca de Semlin (ciudad que estaba frente a Belgrado) y los de los monitores de la escuadrilla del Danubio, rompieron el fuego sobre Belgrado, la capital de Serbia. El bombardeo a la capital serbia aunque no causó muertes, fue una medida más propagandística que real, desde el punto de vista militar pero provocó muchas críticas en todas partes, pues, en la ciudad solo había gente indefensa: mujeres, ancianos y niños ya que el ejército se había retirado al interior.
Monitores austriacos bombardean Belgrado
El ejército austro-húngaro lanzó ataques de artillería contra los serbios en el norte y el noroeste del país y, luego inicio la construcción de un sistema de puentes de pontones a través de los ríos Sava y Drina. Al iniciarse el avance austriaco, de una orilla a otra del Danubio se produjeron numerosas escaramuzas, que no impidieron el avance austriaco. De estas escaramuzas, la más importante se libró cerca del puente de Semlin.
Después de sostener fuego durante largo rato ambos ejércitos, fuerzas del V y VI ejército austriaco se aproximaron al puente sobre el rio Save e intentaron atravesarlo, pero los serbios volaron el puente, aunque no consiguieron destruirlo por completo, pues las cañoneras austriacas lograron protegerlo y atacar al enemigo obligándolo a dejar la orilla opuesta del río. Poco antes de la voladura del puente que unía Belgrado y Semlin, los serbios habían destruido ya el puente de barcas cercano al puente de Semlin. La artillería austriaca bombardea el otro lado de la orilla del Danubio, permitiendo que las fuerzas austriacas se apoderen de esa parte. Los serbios sabían que era imposible alinear sus fuerzas en la totalidad de la frontera austro-serbio, que se extendía 340 millas. Por lo tanto, el Jefe del Estado Mayor General, Radomir Putnik, considerado como un héroe por haber llevado a los serbios a la victoria en la guerra de los Balcanes, ordenó que el ejército serbio estableciera una línea tradicional de defensa en la región boscosa de Sumadija, donde podían moverse rápidamente ya sea al norte o al oeste.
El ejército serbio tenía doce divisiones, unos 400.000 hombres, incluyendo las reservas. Serbia tenía una moderna artillería pero sufría una grave escasez de municiones, granadas y rifles, con sólo cuatro ametralladoras por regimiento. Varios destacamentos serbios fueron ubicados en las ciudades de Valjevo y Uice y en los puestos de avanzada estacionados en todos los puntos importantes de la frontera. El ejército de Montenegro se pone en contacto con al serbio en Plesoje. La flota austro-húngara establece el bloqueo al puerto montenegrino de Antivari en el mar Adriático y el gobierno de Viena ordena la expulsión de los montenegrinos del Imperio.
Durante las primeras refriegas entre serbios y austriacos, un grupo de soldados serbios situados en las cercanías de Belgrado, hizo fuego sobre tres botes que conducían por el Danubio a ciudadanos austriacos que abandonaban aquella ciudad. Los fugitivos, sorprendidos y desarmados, perecieron todos, en su mayor parte ahogados.
Gran Bretaña ordena la movilización de su flota y advierte a Alemania que no permanecerá neutral en caso de un ataque a su aliada Francia.

El Káiser y el Zar continúan con nerviosas negociaciones por telégrafo. A las 11 pm. Nicolás II, creyendo que aún es posible un acuerdo, rechaza los consejos de sus jefes militares y anula una orden de movilización total (esto es, también contra Alemania) emitida minutos antes, remplazándola por una orden de movilización parcial contra Austria-Hungría, que es fuertemente criticada por el embajador francés en San Petersburgo.

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