Novena Parte LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL DIA A DIA por Carlos Enrique Fonseca Sánchez (novena parte)
Para el 27 de junio de 1914, ya el complot para asesinar al archiduque pasaba por los últimos detalles, aunque el mundo esperaba algo así, no se podría predecir que seria por estas fechas excepto por los propios involucrados.
En Bosnia, el dirigente de Mano Negra, Danilo Ilić distribuye las armas a los ocho terroristas serbio-bosnios que quieren asesinar al archiduque Francisco Fernando, entre ellos el que se haría tristemente celebre Gavrilo Princip. Hasta esa fecha, mantuvo en secreto las identidades de los terroristas, que habían sido reclutados en Sarajevo y que sospecha que tenían vínculos con el gobierno de Belgrado. Según comentó luego otro involucrado, el bosnio Mehmedbašić «en la víspera del ataque, Ilić me presentó a Princip, en un café de Sarajevo con las palabras "Mehmedbašić estará con nosotros mañana». Los tres terroristas bosnios (Cubrilovič, Grabež y Gavrilo Princip) enviaron una carta postal a Vladimir Gaćinović, director provincial de la Mano Negra para Bosnia y Herzegovina, que se encontraba en Francia; que no decía nada especial, pero que por hecho significaba que la conspiración estaba en su fase final.
En la corte de Viena, el ministro austriaco de Finanzas Billinski, dio poca atención a las informaciones recibidas sobre un posible atentado y había aconsejado a Francisco Fernando no tener en cuenta las advertencias. Además en un acto que elevó las sospechas contra el gobierno serbio, este en ningún momento advirtió formalmente a Austria de los planes de los extremistas cuya información si manejaba.
Pero, a pesar del peligro inminente al que se enfrentaba el archiduque, los austriacos hicieron muy poco para proteger al archiduque y a su esposa, Sofia (que había recibido el titulo de duquesa de Hohenberg). El Chambelán de la corte austriaca, príncipe Alfred von Montenuovo, férreo enemigo de la duquesa de Hohenberg, (escudándose en que la duquesa no era austriaca, ni miembro de la familia imperial, ya que solo era una condesa y checa además) había dado orden de no dar honores militares a la pareja durante su estancia en Sarajevo y de retirar las tropas austriacas de la ciudad; por ello el archiduque y su esposa se vieron privados de la protección del ejército durante su visita.
En Francia, como parte de los problemas internos, el líder socialista Jaures aboga por los 1.200,000 obreros extranjeros que laboran en Francia y que no tienen derechos en el país, en su mayoría italianos y españoles.
En tanto, el Zar Nicolas y la familia Imperial rusa se trasladó a la residencia de verano en Petergof en la costa oeste de St. Petersburg.
Para el 27 de junio de 1914, ya el complot para asesinar al archiduque pasaba por los últimos detalles, aunque el mundo esperaba algo así, no se podría predecir que seria por estas fechas excepto por los propios involucrados.
En Bosnia, el dirigente de Mano Negra, Danilo Ilić distribuye las armas a los ocho terroristas serbio-bosnios que quieren asesinar al archiduque Francisco Fernando, entre ellos el que se haría tristemente celebre Gavrilo Princip. Hasta esa fecha, mantuvo en secreto las identidades de los terroristas, que habían sido reclutados en Sarajevo y que sospecha que tenían vínculos con el gobierno de Belgrado. Según comentó luego otro involucrado, el bosnio Mehmedbašić «en la víspera del ataque, Ilić me presentó a Princip, en un café de Sarajevo con las palabras "Mehmedbašić estará con nosotros mañana». Los tres terroristas bosnios (Cubrilovič, Grabež y Gavrilo Princip) enviaron una carta postal a Vladimir Gaćinović, director provincial de la Mano Negra para Bosnia y Herzegovina, que se encontraba en Francia; que no decía nada especial, pero que por hecho significaba que la conspiración estaba en su fase final.
En la corte de Viena, el ministro austriaco de Finanzas Billinski, dio poca atención a las informaciones recibidas sobre un posible atentado y había aconsejado a Francisco Fernando no tener en cuenta las advertencias. Además en un acto que elevó las sospechas contra el gobierno serbio, este en ningún momento advirtió formalmente a Austria de los planes de los extremistas cuya información si manejaba.
Pero, a pesar del peligro inminente al que se enfrentaba el archiduque, los austriacos hicieron muy poco para proteger al archiduque y a su esposa, Sofia (que había recibido el titulo de duquesa de Hohenberg). El Chambelán de la corte austriaca, príncipe Alfred von Montenuovo, férreo enemigo de la duquesa de Hohenberg, (escudándose en que la duquesa no era austriaca, ni miembro de la familia imperial, ya que solo era una condesa y checa además) había dado orden de no dar honores militares a la pareja durante su estancia en Sarajevo y de retirar las tropas austriacas de la ciudad; por ello el archiduque y su esposa se vieron privados de la protección del ejército durante su visita.
En Francia, como parte de los problemas internos, el líder socialista Jaures aboga por los 1.200,000 obreros extranjeros que laboran en Francia y que no tienen derechos en el país, en su mayoría italianos y españoles.
En tanto, el Zar Nicolas y la familia Imperial rusa se trasladó a la residencia de verano en Petergof en la costa oeste de St. Petersburg.
Los archiduques a la salida del Ayuntamiento de Sarajevo, a pocos minutos del atentado |
Emblema de la Mano Negra |
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