martes, 1 de julio de 2014

Sexta Parte LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL DIA A DIA por Carlos Enrique Fonseca Sánchez 
Otros países dos países protagonistas de la guerra fueron los imperios de Alemania y Austria-Hungría, que unidos por una Alianza militar tenían cosas en común como el idioma y el sistema gobierno federal, ellos formaron con Italia, la llamada Triple Alianza después conocida como las Potencias centrales. En Alemania el emperador gobernaba de forma autoritaria pero existía un Parlamento llamado Reichtag, que si bien era elegido por sufragio universal, se encargaba básicamente de la discusión y apoyo a las políticas internas del emperador sin poder interferir en sus decisiones políticas.
El Kaiser (o emperador) en ambos países era una figura muy respetada en el caso alemán venia de la casa real prusiana y tenía una férrea formación militar, mientras en el caso austriaco, era de la antigua casa imperial de Habsburgo y tenía bajo su mando a un imperio muy fraccionado.
Alemania para 1914 era la mayor potencia industrial del mundo habiendo desplazado a Francia y Gran Bretaña, sus productos y manufacturas empezaban a sustituir a las que venían de otras partes del mundo, produciendo enormes ganancias que permitieron al país realizar grandes obras que beneficiaron su desarrollo, armando una gran flota mercante.
En el reparto del mundo por las potencias europeas a fines del siglo XIX consiguieron colonias en África, Asia y Oceanía que permitían obtener los recursos y materias primas que Alemania necesitaba. Además había organizado un ordenado sistema financiero que le dio la seguridad al estado para sostener y costear la poderosa carrera armamentista realizada, que junto a la propaganda pangermanista había convencido al pueblo alemán de que eran el pueblo más civilizado y organizado del planeta, inculcando un poderoso orgullo nacional que apoyaba los planes belicistas del káiser. Esto era algo que no podía negar, el desarrollo y orden logrado por los alemanes los hacia estar convencidos de ello.
El caso de Austria-Hungría no era parecido, a pesar de ser una potencia europea estaba interna mente muy debilitada, el imperio gobernado con mano militar por la casa Habsburgo, después de la era napoleónica y las revoluciones nacionalista de 1848, se enfrentaba al surgir de las naciones no austriacas (es decir las que no hablaban alemán) que exigían autonomía para sus pueblos que ya no aceptaban calladamente el yugo austriaco. En 1867 se había creado la monarquía dual, el káiser era no solo emperador austriaco sino ahora rey de Hungría, pero las otras nacionalidades pedían el reconocimiento de sus derechos; polacos, checos, croatas, rumanos, eslovacos pedían igualdad y participar en el gobierno, que el káiser absurdamente rechazaba y perseguía a los que la pedían, por eso sufrió oleadas de ataques terroristas y nacionalistas, por ejemplo la famosa y querida emperatriz Isabel, conocida como “Sissi”, de cuya vida de hicieron varias películas en Hollywood, fue asesinada por un terrorista anarquista italiano en Ginebra en 1898, lo que provocó que el káiser se hiciera un peor reaccionario y el imperio no se fortaleciera sino se debilitara internamente. Sin hablar de sus enemigos históricos como Serbia e Italia que vivían el que provincias pobladas por gente de su nacionalidad estuvieran controladas por el imperio; como lo era Trieste para los italianos y Bosnia para los serbios.
Para 1914 Austria-Hungría era un imperio que entraba en una franca decadencia y la guerra para bien o para mal era necesaria para establecer el rumbo de su futuro político.
En los momentos anteriores a la guerra, donde los exacerbados nacionalismos generados por los gobiernos europeos ya mostraban que la paz era momentánea y que la guerra empezaría en cualquier momento, sucedieron acontecimientos en los asuntos internos de Francia que hay que mencionar porque el nuevo gobierno que asumiría el poder seria el que sin quererlo tendría que enfrentar la dirección de Francia en el momento más trascendental de la guerra cuando esta se inició con la invasión alemana.
El 12 de junio de 1914, el nuevo primer ministro Ribot se había presentado ante las Camaras, donde los diputados no le dan apoyo y lo vetan por 306 votos contra 262. El líder socialista Jaures fustiga a la opinión publica pidiendo la dimisión del presidente Poincare.
En tanto, el káiser alemán Guillermo visita al archiduque y heredero austríaco Francisco Fernando cerca de Praga, informándole de su simpatía por el intransigente primer ministro Húngaro Conde Tisza, que era conocido por su posición pacifista en contra de los belicistas que rodeaban al emperador.
El 13 de Junio, en Francia, al no poder organizar un nuevo gobierno Alexandre Ribot dimite y el abogado izquierdista Rene Viviani es designado primer ministro de Francia y ministro de Asuntos Exteriores. Era conocido como un “pacifista”. Viviani forma gabinete con radical-socialistas excepto Ribot que asume la cartera de finanzas. El líder radical Caillaux que enfrentaba un escándalo público, porque su nueva esposa estaba prisión por asesinar al director del diario Le Figaro que había publicado una carta políticamente explosiva que Caillaux había enviado a su ex esposa sobre las movidas en la política interna francesa, no forma parte del gabinete.
Pero en Bosnia, la actividad de los terroristas serbio-bosnios estaba en aumento, el 14 de Junio, el dirigente de Mano Negra, Danilo Ilić, viaja a Tuzla a contactarse con otros terrorista para llevar a Sarajevo, las armas que se utilizarían en el atentado y que estaban en Doboj escondidas en una gran caja de azúcar.
Para no levantar sospechas, los dos viajaron en trenes separados y en Sarajevo, cambian de tranvía para evitar que la policía lo detectara. Al llegar a casa de su madre, Ilić escondió las armas en una maleta bajo un sofá.

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